El papa Francisco recordó que “al cumplirse 100 días del inicio de la agresión armada en Ucrania, sobre la humanidad ha caído de nuevo la pesadilla de la guerra, que es la negación del sueño de Dios”. Lo manifestó ante los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, al término del rezo dominical del Regina Coeli.
“Pueblos que se enfrentan, que se matan, gente que en lugar de acercarse, se alejan de sus propias casas”, señaló al referirse a “la furia de la destrucción y la muerte, alimentando una escalada siempre más peligrosa para todos”.
“Renuevo mi llamamiento a los responsables de las naciones: No llevéis a la humanidad a la ruina, por favor”, rogó, repitiendo una segunda vez esta última frase, mientras los fieles le interrumpían con sus aplausos.
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El Papa instó entonces a que “se ponga en marcha verdaderas negociaciones, concretas, para un cese al fuego y una solución sostenible, se escuche el grito desesperado de la gente que sufre, como lo vemos en los medios todos los días, se tenga respeto por la vida humana, se detenga la macabra destrucción de ciudades y pueblos por todos sitios”.
“Sigamos rezando, comprometiéndonos por la paz sin cansarnos”, expresó a los fieles, un día después de reiterar su disponibilidad a viajar a Ucrania, aunque en “el momento oportuno”, y anunciar que la próxima semana se reunirá con representantes del Gobierno ucraniano, con los que abordará la posibilidad de un viaje al país en guerra.
Tanto el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, como el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, invitaron al Pontífice a viajar al país, una visita que Francisco reiteró en numerosas ocasiones que está dispuesto a hacer, como parte de su disponibilidad a ayudar en lo que esté en sus manos para poner fin a la guerra.
Desde que comenzó la guerra, el pasado 24 de febrero, Francisco realizó numerosos llamamientos para que se detenga, mostró su disponibilidad a “hacer de todo” para ayudar a una solución del conflicto y envió a varios cardenales para mostrar su cercanía con el pueblo ucraniano.