Se trata de Pablo José Goncálvez Gallarreta, de 49 años, quien es calificado por conocidos siquiatras y peritos de Montevideo como un “asesino serial confeso muy peligroso”.
Cuando tenía 22 años fue condenado en Uruguay a 30 años de cárcel por violar y matar a tres mujeres en los años 90, informó NPY.
Recuperó su libertad el 23 de junio de 2016 bajo el régimen de pena anticipada por buena conducta.
Vive en Paraguay desde el año 2017 y contrajo matrimonio con una paraguaya. En una ocasión fue detenido en Salto del Guairá, en el Departamento de Canindeyú, con 9 gramos de cocaína y una pistola calibre 9 milímetros con 21 proyectiles sin percutir.
Fue condenado a dos años de cárcel en nuestro país y en agosto pasado compurgó su segunda pena.
No existe registro de entrada ni salida a Paraguay por la Dirección General de Migraciones.
Desde la Interpol manifestaron que tienen reporte de que Concálvez fue uno de los primeros asesinos seriales en Uruguay. Aclararon que no cuenta actualmente con procesos judiciales en Paraguay.
Peritos uruguayos y numerosos criminólogos le diagnosticaron con trastornos de personalidad antisocial, situación que no asegura que esté en condiciones de convivir en sociedad.
Sus víctimas
Su primera víctima fue una joven docente de nombre Ana Luisa Miller Sichero, de 26 años, quien fue asesinada el 1 de enero de 1992; era hermana de la tenista Patricia Miller. La autopsia determinó que la mujer fue asfixiada.
Su cuerpo fue encontrado sobre las dunas de la playa de Solymar, a escasos metros de la prefectura naval.
Ocho meses después, en fecha 20 de setiembre, acabó con la vida de su segunda víctima, identificada como Andrea Gabriela Castro Pena, de 15 años.
La joven fue llevada a la fuerza por Concálvez cuando salía de una discoteca de Montevideo, y su fallecimiento también fue a consecuencia de una asfixia.
En aquella ocasión, dejó por el cuello de la joven una corbata, que posteriormente fue comprobado por las autoridades que pertenecía a su padre.
El cuerpo de la adolescente se descubrió parcialmente sepultado bajo la arena de una playa en el balneario de Punta del Este, yaciendo dentro de una precaria tumba que el ejecutor cavó con sus propias manos, según informa el portal henciclopedia.org.uy.
Cinco meses después, el 8 de febrero de 1993, su tercera víctima fue su vecina María Victoria Williams, de 22 años, a quien asesinó en su propia vivienda.
Concálvez había fingido que su abuela sufrió un ataque cardiaco y le pidió ayuda, una vez dentro la golpeó y la asfixió con una bolsa de hule.