La nutricionista dijo que las afecciones incluso pueden dejar secuelas posteriores como gastritis crónica si no se trata correctamente o un desequilibrio en la microbiota intestinal, por el uso de antibióticos para recuperarse de estas intoxicaciones, que dejan resentido al intestino generando intolerancias. Muchas veces el hongo puede producir micotoxinas, que penetran al producto sin daño visible, explicó Centurión, pero se puede cuidar ciertos aspectos antes de consumirlos, como fijarse en la fecha de vencimiento o la forma correcta de refrigeración. “Muchas veces se puede observar una textura diferente en el producto –más blando o pegajoso, gelatinoso–, presenta un color diferente, o ciertos puntos negros o blancos, sabor u olor desagradable o atípico a ese producto”.
Si el pan tiene hongo, la solución no es cortar esa parte y finalmente consumirlo, sino que lo aconsejable es desecharlo. “Cuando en un alimento se puede visualizar el moho o levadura (hongos), en realidad es la punta del iceberg. Los hongos tienen ramas y raíces que parecen hilachas finas, estos pueden ser difíciles de ver cuando están reproduciéndose en el alimento, ya que son microorganismos invisibles por ojo el humano, pero una vez que se puede visualizar, se debe desechar ese alimento”.
Añadió que algunos hongos causan reacciones alérgicas y problemas respiratorios. Y otros producen micotoxinas, sustancias venenosas y pueden causar cuadros de gastroenteritis aguda.
En otros casos, las personas deciden consumir un alimento vencido porque no presenta ningún signo de descomposición, pero la nutricionista dijo que “un alimento no se vea descompuesto no quiere decir que no este contaminado. Muchas veces el alimento no cambia su aspecto, pero ya tiene microorganismos reproduciéndose”.
La fecha de vencimiento –señaló– de un producto marca el momento hasta el cual el alimento puede consumirse de forma segura. Añadió que también se debe tener en cuenta que hay productos que nos llevan una fecha de caducidad como por las frutas, las verduras, el azúcar a granel. En estos casos es mejor fijarse en el aspecto del alimento antes del consumo.
Fijarse en la fecha de vencimiento de los productos: Es importante tener planificado lo que vamos a consumir en la semana y de acuerdo a eso hacer nuestra lista de súper para evitar tener productos por mucho tiempo almacenados.
En el caso de elegir enlatados: Es importante fijarse en el estado de la lata y evitar elegir a aquellos que vienen abollados, hinchados u oxidados porque esto hace que se pueda introducir el aire y generar la reproducción de los microorganismos.
Al elegir frutas o verduras: Fijarse que mantengan la estructura adecuada, que no tengan un color u olor extraño, y que no tenga partes golpeadas o más blandas. No comprar alimentos con hongos: Examinar los alimentos antes de comprarlos.
En el caso de las carnes: Fijarse en el aspecto que tienen, ya que un color más oscuro de lo normal puede indicar la reproducción de microorganismos. En el caso del pescado, tocar más bien la piel, que no debe ser blanda o pegajosa.