13 may. 2024

Obispo le restregó a Marito dramas que afligen al pueblo

Pepe Vargas
CAACUPÉ

Su presencia no estaba confirmada. El presidente Mario Abdo Benítez llegó por sorpresa ayer a la Basílica Santuario, diez minutos antes del inicio de la misa central. Apenas llegó, fue abucheado por varios feligreses. Le separaban de los improperios las vallas metálicas que liberaban el paso de la comitiva de Gobierno. Marito ingresó sin dar declaraciones. Algunos atribuyeron su aparición repentina a que tuvo acceso a la homilía del obispo de Caacupé.

A última hora, llegó –suponían– porque el contenido de la misma era laxo hacia su administración. Durante toda la prédica de monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, se mantuvo tieso, como siempre. Parecía ajeno a cada pasaje del sermón que era aprobado con aplausos por la multitud. Pese a que casi no acompañaba la ovación de los fieles, tampoco parecía acusar recibo –o ponerse el sayo– de la andanada de críticas que profirió el prelado desde el púlpito. Oía imperturbable los dramas sociales que eran recibidos con cerrado aplauso por los fieles.

Pero, para su sorpresa, Valenzuela cerró la misa con una urticante carta. Primero, repasó los escándalos de corrupción que salpican a su Gobierno: Turbio manejo en la renegociación de tratados de las hidroeléctricas binacionales; así como el negociado de tierras que tiene como implicado a un ex secretario gubernamental.

Y enumeró las preocupaciones que recoge del pueblo: La falta de trabajo y de cobertura de salud pública, la desigualdad social, la violencia contra la mujer, niños y ancianos, la injusticia y la necesidad de “una reestructuración moral ante el quiebre de liderazgo y la incapacidad de los partidos políticos de transformarse para servir dignamente al país”, reza parte de la carta, que consta de seis páginas y cuya lectura le tomó más de 20 minutos (era más larga que la homilía). “No es para aplaudir”, avisó al presentar el resumen de las inquietudes de la gente.

Tratado

“Paraguay no firmó esos tratados (de Itaipú y Yacyretá) para que unas cuantas familias de un determinado color político se conviertan en multimillonarias por varias generaciones del futuro, sino para combatir la inmoral pobreza de una gran mayoría del pueblo que sufre toda clase de postergaciones injustas”, lanzó. Y a muchos les cayó la ficha del acuerdo secreto con Brasil que iba a constituir un perjuicio millonario para el país.

“Señores responsables de la conducción política y de la conducción económica del país, no pierdan de vista las lecciones de la historia en materia de hastío social y no dejen de ver la triste realidad de países que aparentan vivir en el paraíso (como Chile) y que repentinamente se ven envueltos en estallidos sociales con lamentables saldos de valiosas vidas; todo por no tener la visión y la sensibilidad necesarias con las demandas del pueblo”, expresó al augurar que nada de eso suceda aquí.

“Si llegare a suceder, no podrán sacarse de encima la responsabilidad moral y política que conlleva”, advirtió.

INESPERADO. El obispo de Caacupé leyó una Carta al Pueblo, con un ramalazo de críticas al Gobierno.

DARDOS. “Vergonzosa desigualdad social, falta de trabajo y de salud”, son algunos de los pendientes.