13 ene. 2025

Nuncio reza con pobladores para que pa’i Julio sea beato

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Unidos. Los fieles de los principales distritos donde sirvió pa’i Julio piden su beatificación.

GENTILEZA

Con carteles en mano para expresar sus ruegos y pedir por la beatificación, los fieles de Ybycuí, Mbuyapey, Quyquyhó y Carapeguá participaron ayer de una emotiva conmemoración por el 81 aniversario del nacimiento a la eternidad del siervo de Dios, padre Julio César Duarte Ortellado, donde el nuncio apostólico, Vincenzo Turturro, destacó su legado espiritual y social.
La parroquia San José de Ybycuí, Departamento de Paraguarí, fue el epicentro de este evento que como cada año reunió a religiosos y fieles de las comunidades donde el padre Julio realizó su misión evangelizadora.

La misa fue presidida por el nuncio, acompañado por los obispos del Paraguay, quienes hicieron un paréntesis en su asamblea ordinaria para peregrinar hasta el distrito de Ybycuí.

“A todos ustedes, hermanas y hermanos, les llega el saludo de paz y la bendición de su santidad, el papa Francisco. Los que viven en esta ciudad, y diría en esta diócesis, nunca deben olvidar el don infinito de gracia que Dios les ha concedido a través de la vida de este santo pastor, entregado por el bien de sus fieles y la promoción humana y social de quienes vivieron en este territorio en el siglo pasado”, expresó Turturro.

El nuncio recordó con detalles la vida y obra del padre Julio, resaltando su compromiso con la comunidad y su incansable labor pastoral. Se refirió a él como un pastor que amaba recorrer las calles de su parroquia en Ybycuí con su sotana negra y zapatos polvorientos, deseoso de encontrarse con la gente, mezclarse con sus feligreses, ponerse al lado de los enfermos, sonreír con los jóvenes y dialogar con los campesinos. ‘‘Fue verdaderamente hijo de este terruño, arraigado a su familia que tanto amaba, siempre enamorado de su tierra nativa’’.

Durante la ceremonia, se destacó la profunda espiritualidad y humanidad del padre Julio, quien siempre tuvo como prioridad la salvación de las almas y la promoción social de su pueblo, porque estaba convencido de que la situación de la zona, debía cambiar para asegurar el bienestar de sus habitantes.

‘‘El siervo de Dios nos fascina como hombre, como cristiano y como sacerdote. Oyendo algunas notas de su vida, se delineó en mi mente la figura del pastor que ha cumplido con su misión, realizando plenamente el mandamiento del amor’’.

Mencionó que sus acciones en favor de la salud, la educación y el bienestar social de sus feligreses son testimonio de su dedicación y amor por el prójimo.

También, Turturro recordó a los presentes la importancia de la oración, la humildad y el amor, valores que el padre Julio practicó y enseñó durante su vida.

Al término de la misa, inauguraron un mural en honor al padre Julio, que plasma su espíritu de servicio a la comunidad.

Pa’i Julio nació el 12 de abril de 1906 en Caazapá, y falleció el 4 de julio de 1943 a los 37 años, debido al tifus. Conocido por su carácter, prudencia, optimismo, devoción a la eucaristía y caridad, sus restos descansan en la iglesia de Ybycuí.

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Homenaje. Ybycuí homenajeó al pa’i Julio Ortellado, Siervo de Dios, con la presentación de este mural.

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