“¿Cómo podemos estar felices si el mundo está lleno de injusticias, sufrimientos, conflictos? Y cada uno acá puede contar muchos motivos de tristeza a nivel personal, a nivel familiar, a nivel comunitario”, lamentó.
Asimismo, remarcó que cada situación humana, en cada forma de injusticia, en cada sufrimiento, la Iglesia quiere hacerse presente y transmitir esperanza.
“Amado pueblo paraguayo, la Iglesia se presenta frente a vos con el único fin de darte a conocer a Cristo”, enfatizó.
En otro punto de su homilía, el nuncio solicitó a los gobernantes a que administren de forma equitativa los bienes que pertenecen al Estado.
“Hoy diríamos a todos los que gobiernan y administran los bienes del Estado, Juan el Bautista dice que hay que ser justos y equitativos, usando la autoridad para alcanzar el bien común. Juan pide a los soldados, diríamos hoy a todos los empleados públicos, que no acosen a nadie, que no recurran a la fuerza o a su posición pública para dominar y oprimir a los demás, sino que cumplan con un servicio honesto y desinteresado”, indicó.
Además, el religioso remarcó durante su homilía que no se debe buscar solo en el bien de uno mismo, sino se debe pensar en los demás.
“No busquemos el provecho y la ganancia a toda costa. Si nos fijamos en la vida de María, nos damos cuenta de que Dios no le prometió riquezas, y de hecho la Virgen quedará pobre durante toda su vida. Dios no le prometió gratificaciones y ella experimentó el dolor más grande que existe en el mundo, el dolor de la muerte de su hijo en la cruz”, sostuvo.
Acotó que a Iglesia debe ser un refugio para las personas que no se sienten protegidas, para los que reclaman sus derechos y no tienen voz.
“Una Iglesia que propone el bien, los valores grandes del Evangelio que lo haremos todos para que la Iglesia que camina en Paraguay siga siendo lugar de júbilo para todos los que no se sienten protegidos, para los que reclaman sus derechos, para todos los que no tienen voz”.
El religioso refirió que “en comunión con el papa Francisco, queremos encarnar una Iglesia verdaderamente sinodal, que sabe escuchar y dialogar. Una Iglesia que se hace pobre para buscar la verdadera riqueza”.
La comunidad paraguaya también en Roma, Italia, celebró el Día de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé ayer. Con gran devoción, fueron acompañados por el padre Juan Daniel Gaete Arrúa, capellán de la comunidad latinoamericana, quien presidió la santa misa en la iglesia Santa María della Luce.
La Virgen fue agasajada por los compatriotas entre flores, y banderas de Roma y Paraguay, como también feligreses vestidos con el tradicional traje de danza folclórica paraguayo en honor a la Santa Madre.
MENSAJE DEL PAPA. Durante la celebración litúrgica el nuncio transmitió el saludo de paz del papa Francisco al Paraguay.
“El amor que ustedes le tienen a la Virgen María es un gran signo de esperanza por este querido país. A todos traigo el saludo de paz y la bendición de su santidad el papa Francisco que tanto ama a Paraguay y a la Virgen de Caacupé”.
Recalcó que el Papa invita al pueblo paraguayo a ser peregrinos de la esperanza y de la fe.
“El papa Francisco nos invita a ser peregrinos de la esperanza. Levantémonos y pongámonos en camino con la misma fe de María, profunda, convencida, coherente”.
Finalmente, culminó que “no solo tenemos que decirnos cristianos, sino que tenemos que serlo en la vida del día a día. Invoquemos en la Virgen María la coherencia de una vida que se deja moldear por la fe”, puntualizó.