18 abr. 2024

Nuevo experimento argentino

La economía argentina sigue sin rumbo claro, empantanada entre la visión política del gobierno de ampliar aún más las intervenciones del Estado en la economía y los programas de subsidios a amplios segmentos de la población, y la calamitosa situación de las finanzas públicas con un déficit crónico, infinanciable, debido a la excesiva presión tributaria sobre el sector privado y porque el Estado carece de acceso a financiamiento con deuda interna o externa por los sucesivos defaults en años anteriores.

La reciente renuncia del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien, negando la existencia de un plan económico, venía ejecutando una política mínima de ordenamiento de las finanzas públicas en el marco de un laxo acuerdo con el FMI, en el cual están fijadas algunas metas fiscales y de financiamiento monetario, pero sin un compromiso muy claro por parte del gobierno. Tal es así que cada vez que los ajustes eran evidentes e impactaban a sectores afines al kirchnerismo, se generaban crisis internas de gobierno que finalmente desembocaron en la renuncia del ministro Guzmán. Ante este hecho surgen interrogantes: ¿Se mantienen las metas acordadas con el FMI? ¿Habrá un plan de ajuste y estabilización? El presidente Fernández nombró inicialmente a la economista Silvina Batakis, quien tomó algunas leves medidas para controlar el crecimiento del gasto público, pero sus decisiones no tuvieron el respaldo del kirchnerismo. Finalmente, luego de idas y vueltas, termina nombrando al entonces presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa, como ministro de Economía.

Embed

El nombramiento de un político con acotado conocimiento de economía y política económica para encarar los desafíos que tiene la Argentina, es una decisión muy audaz, por decir lo menos; un nuevo experimento argentino. Responde a la idea instalada de que el problema es político y no económico, y que es más importante la gestión política que la capacidad técnica para tomar las decisiones necesarias. Sin embargo, las expectativas son muy bajas. Uno de los pocos consensos de los economistas es que la Argentina necesita un plan de ajuste y estabilización económica con una perspectiva de largo plazo para recuperar la confianza y poner en marcha la dinámica de ahorro e inversión para acelerar el ritmo de crecimiento económico y mejorar las condiciones de vida de los argentinos. Oportunidades sobran en el país, pero los riesgos son muy elevados por la impredictibilidad de la economía, a causa de sus cambiantes políticas económicas.

Convertirse en un país estable, predecible, confiable, requiere de importantes reformas en la política macroeconómica, donde lo básico y fundamental es lograr y consolidar una política fiscal responsable, que implica alcanzar un superávit fiscal primario suficiente para pagar los intereses de la deuda pública, interna y externa, lo cual generaría la confianza necesaria para ir renovando los vencimientos de capital e ir reduciendo gradualmente la relación deuda/PIB a niveles sostenibles a través del tiempo. Para esto se requiere un ajuste muy importante del gasto público que tendrá impacto en la gente, con altos costos políticos y económicos e inestabilidad social en el corto plazo. Por lo tanto, para tener una mínima credibilidad, una reforma como esta requiere de un elevado consenso político, primero al interior, pero que además traspase los límites de la coalición de gobierno, porque su implementación requiere disciplina en las decisiones por un periodo de tiempo que excede el mandato de uno, dos o tres gobiernos sucesivos.

Considerando la alta polarización existente con relación a la política económica y al rol del Estado en la economía, es difícil que puedan alcanzar los niveles de consenso requeridos para implementar una política de estabilización consistente, con las reformas necesarias, y sostenible en el tiempo. El nombramiento de un político para dirigir la economía puede ayudar, pero no parece suficiente para resolver los problemas de fondo. El tiempo nos dirá si fue la decisión correcta, y si los políticos argentinos son capaces de lograr acuerdos de largo plazo para corregir los grandes desequilibrios económicos, muy necesario para recuperar la confianza, la inversión y el crecimiento económico.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.