La participación fue de 740.000 personas, según las autoridades, y “más de dos millones”, según el sindicato CGT, en la décima jornada de protestas desde enero. Los sindicatos llamaron de nuevo a manifestarse el jueves 6 de abril.
Las centrales sindicales son la punta de lanza de la movilización contra el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030, pero la decisión del 16 de marzo de Macron de aplicarla por decreto radicalizó las protestas.
Los disturbios e incidentes entre manifestantes y las fuerzas de seguridad continuaron este martes en decenas de ciudades de Francia, de Lille a Toulouse, pasando por Rennes o Lyon, pero de menor intensidad. En la capital, las fuerzas de seguridad detuvieron a 55 personas y llevaron a cabo 10.000 controles, según la policía. El jueves, hubo 457 detenidos y 441 agentes heridos en todo el país.
Aunque el Gobierno, que movilizó a 13.000 agentes, busca criminalizar las protestas y socavar el apoyo a estas, la actuación policial se encuentra en el punto de mira tras las críticas de oenegés de derechos humanos e incluso del Consejo de Europa.
En este contexto, el Gobierno y los sindicatos aseguran buscar una manera de calmar los ánimos, pero campan en sus posiciones: las centrales sindicales quieren la retirada o la suspensión de la reforma, y Macron dice no. AFP