La movilización desde el Obelisco de la ciudad de Buenos Aires hasta el edificio de Desarrollo Social con amenaza de acampe por parte de la llamada Unidad Piquetera –que se replicaba en varios puntos del país– es contra el “brutal ajuste” y para reclamar “trabajo genuino”, “apertura y aumento de programas sociales”, “alimentos y salario mínimo que cubra la canasta básica”. En la convocatoria, las organizaciones piqueteras denunciaron el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores ocupados y desocupados, con un nivel de inflación que ya en agosto último corría al 78,5% anual y con expectativas de 95% a fin de 2022.
“En Argentina hay que pelear por el salario”, que “está siendo sujeto de un ajuste brutal para el pago de una deuda que todos repudiamos y que no ha significado ningún paso a delante”, sino “más que penurias para los trabajadores”, dijo el dirigente del Partido Obrero Eduardo Belliboni, al referirse al programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que Argentina selló en marzo pasado.
Los dirigentes también critican al ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, por la falta de efectividad de la auditoría de los programas sociales y el llamado “plan empalme” para convertirlos en empleo genuino. EFE