Impulsores de la revolución socialista que desde 2007 modernizó un país atrasado y con fama de ingobernable, estos dos políticos con estilos marcadamente opuestos miden su apoyo popular en una consulta diseñada por el actual mandatario para desterrar para siempre a su antecesor.
Si Moreno gana, sobre todo en la pregunta que plantea la supresión de la reelección indefinida, Correa perderá la opción de recuperar el poder.
Moreno, el popular ex vicepresidente de Correa entre 2007 y 2013, ganó las elecciones del año pasado en gran parte gracias al enérgico apoyo de su entonces camarada.
Pero ni bien asumió en mayo último, Moreno demostró rápidamente que no iba a ser el títere que muchos creían y se convirtió en un duro crítico de su ex aliado.
“A mí me sorprendió la ruptura, sobre todo por haberse producido tan rápida y abruptamente”, dijo a la AFP Alberto Acosta, uno de los ideólogos de la Revolución Ciudadana y ex colaborador de ambos políticos.
De temperamento reflexivo, sonriente y con gusto por el buen humor, Moreno denunció que en el gobierno anterior un “círculo de sinvergüenzas se dedicó a expoliar la patria”.