El ministro del Interior, Enrique Riera, no responde las llamadas a este medio, que insistentemente lo busca para obtener detalles sobre los trabajos que vienen realizando desde la cartera de Estado en materia de seguridad, debido a la insoportable situación de inseguridad que la ciudadanía vive en la actualidad.
Ayer, en reiteradas ocasiones se trató de entablar una comunicación con el ministro a su número telefónico con final 000, pero sin éxito. Las insistentes llamadas fueron con la finalidad de saber de primera fuente los avances con respecto a los “tres ejes” que debía implementar para combatir el agobiante momento de inseguridad que atraviesa nuestro país.
Recordemos que a poco de asumir el cargo, Riera mencionó que las principales medidas que se tomarán en su administración son tres puntos: potenciar al Grupo Lince de la Policía Nacional, atacar el microtráfico e implementar el uso de las tobilleras electrónicas.
En conferencia brindada el lunes último, explicó de manera escueta que el Grupo Lince pasará de 600 a 1.800 agentes recién en marzo del próximo año, y que contarán con 900 motocicletas más.
Mientras se aguarda por estás “promesas” del ministro, la ciudadanía padece una actualidad insoportable de inseguridad, viviendo presos de los delincuentes.
Evidentemente, las autoridades de seguridad no encuentran un dispositivo preventivo efectivo, menos la manera a disminuir los hechos delictivos.
CORRUPCIÓN. A los casos de inseguridad, se suman los hechos de corrupción interna en la Policía Nacional. Esto también debe ser combatido por el Ministerio del Interior, de manera a sanear la institución policial y volver a recuperar la confianza de la sociedad.
Esto, teniendo en cuenta que ayer, una comitiva fiscal allanó la sede del Departamento de Investigaciones de Caaguazú, tras el robo de 300 kilos de cocaína y 200 kilos de pasta base, que fueron incautados durante un operativo y estaban resguardado como evidencias. El hecho ocurrió en junio pasado en el distrito de General Artigas, Departamento de Itapúa.
Los investigados son los hermanos y agentes policiales Rufino, Christian, Justino y Benigno Rivarola Galeano, oriundos de Calle Hovy, Coronel Oviedo. Luego del escándalo, estos uniformados quedaron a cargo de la Comandancia en Asunción.
El fiscal Enrique Fornerón informó a NPY que tras el allanamiento a la sede a Investigaciones de Caaguazú, se incautaron los libros de novedades y notas de servicios que afectan a dichos efectivos policiales, quienes al momento del “golpe” estaban de guardia.