Frente al cenotafio emplazado en Buenos Aires que recuerda a los 649 argentinos muertos en la guerra que declaró al Reino Unido el gobierno de una sangrienta dictadura (1976-1983) afirmó que “nadie escucha ni respeta a un país que solo produce pobreza y cuyos políticos desprecian a sus propias fuerzas” armadas, declaró el mandatario rodeado por ministros, jefes militares y veteranos.
“No existe soberanía sin prosperidad económica ni prosperidad económica sin libertad”, dijo el mandatario ultraliberal que prometió impulsar desde su gobierno “un reclamo real y sincero (respecto a Malvinas), no meras palabras, en foros internacionales con nulo impacto en la realidad”.
“Proponemos un Estado restringido a sus funciones esenciales y libertad para producir, trabajar, comerciar y circular”, enumeró Milei al considerar indispensable la prosperidad económica “para poder reclamar por su soberanía y ser respetada por otras naciones”.
“Pero la economía por sí sola no alcanza, no hay soberanía ni respeto internacional por nuestros intereses si la dirigencia política hace hasta lo imposible por ensuciar el nombre de nuestras fuerzas armadas”, dijo al culpar a “la política de hostigar y humillar” a los militares.
“Ese tiempo se acabó, son orgullo para nuestra nación, tendrán el respeto que les ha sido largamente negado”, manifestó.
Argentina reclama la soberanía sobre las islas Malvinas por vías diplomáticas desde la guerra, que duró 74 días con la rendición del país sudamericano. EFE