Luis Bareiro | lbareiro@uhora.com.py
El único informe médico que existe sobre las heridas que presentaba el cuerpo sin vida del mariscal Francisco Solano López fue redactado por dos cirujanos del ejército brasileño, y da cuenta, entre otras cosas, de una herida producida por una bala de fusil en la región dorsal que no tiene orificio de salida; vale decir, un disparo por la espalda que acabó con la bala alojada en el tórax.
Este documento fue dado por válido oficialmente, ya que obra en el Archivo Nacional. El informe apuntala de cierta forma la versión que aparece en el supuesto manuscrito del general Patricio Escobar, según la cual fue un militar paraguayo el que remató al mariscal disparándole en la espalda cuando el hombre yacía gravemente herido, a orillas del Aquidabán.
MEMORIAS DE ESCOBAR. El manuscrito, de ser auténtico, contiene las memorias del general Patricio Escobar, militar que acompañó a López hasta su muerte en Cerro Corá y que luego gobernó el Paraguay entre 1886 y 1890.
Washington Ashwell, economista y escritor, asegura haber descubierto el documento en un anaquel de la Academia Paraguaya de la Historia que perteneció a Julio César Chaves, el notable historiador paraguayo que -siempre según la versión de Ashwell- estaba preparando una Monumental Historia del Paraguay, basándose precisamente en los manuscritos inéditos de Escobar.
LA MUERTE DE LÓPEZ. El hecho es que, entre las supuestas memorias del general y presidente, hay un relato sobre los sucesos finales de la guerra de 1870 que incluyen la muerte de Solano López a manos de un teniente primero paraguayo de apellido Solís Riquelme. Refiere la versión que estando el mariscal herido en el vientre y con un tajo surcándole la frente, e intimado a rendirse por parte de los brasileños, recibió un disparo de fusil desde donde se encontraban ocultos los pocos soldados que quedaban del diezmado ejército paraguayo.
EL INFORME “FORENSE” El informe médico suscrito por los doctores Manuel Cardozo da Costa y Militar Barboza Lisboa, jefe y segundo cirujano de brigada, respectivamente, refiere que el cuerpo de López registraba “una solución de continuidad en la región frontal con tres pulgadas de extensión, afectando el pellejo (la herida en la frente); otra herida producida por instrumento cortante en el hipocondrio izquierdo, de una y media pugada de extensión, dirigida oblicuamente de abajo arriba, afectando el pellejo, interesando la piel, el peritoneo y probablemente los intestinos y la vejiga.Otra herida en el hipocondrio derecho, de arriba para abajo, teniendo dos pulgadas de extensión, afectando el pellejo, el peritoneo, y probablemente el intestino. Finalmente, una herida producida por bala de fusil, en la región dorsal, teniendo una abertura, quedando conservada la bala en la caja torácica”.
ARCHIVO NACIONAL. Este documento redactado originalmente en portugués incluye una traducción oficial. Ambos documentos estás guardados en el Archivo Nacional y representan la única versión médica sobre las causas de la muerte del mariscal. Desde luego, no hay ningún documento oficial que detalle quiénes le produjeron las heridas ni cuál fue la causa inmediata de la muerte.
EL ORIGEN. Ashwell asegura que descubrió los documentos de Escobar en un anaquel de la Academia Paraguaya de la Historia, un mueble que pertenecía al historiador Julio César Chaves. Según el economista y escritor, Chaves estaba preparando un nuevo libro basándose en el archivo de Escobar cuando, por razones estrictamente personales, decidió retirarse de la institución y cortar toda relación con ella.
AUTENTICIDAD. Ashwell asegura que nunca antes hubo una verificación sobre la autenticidad de los documentos de Escobar hasta que él, en colaboración con el también historiador Julio César Frutos, realizó un primer estudio comparando, entre otras cosas, la caligrafía de las supuestas firmas del general con notas originales suyas que pertenecen a los archivos de su familia.
LIBROS POLÉMICOS
El presunto archivo del general Patricio Escobar se convertirá, por de pronto, en dos libros que serán lanzados el próximo 15 de noviembre y que prometen desatar no pocas polémicas.
El primero de ellos, escrito por Washington Ashwell, recoge las supuestas memorias de Escobar y las numerosas cartas que este intercambió con las principales figuras de la Guerra Grande.
El segundo, escrito por Julio César Frutos, trascribe la mayor parte de un supuesto diario de guerra dictado por el propio Francisco Solano López a Silvestre Aveiro, su escriba en el campo de batalla.