La fiebre es una reacción del cuerpo ante la presencia de cuadros infecciosos, causadas por bacterias y virus, siendo uno de los principales motivos por el que tanto adultos como niños acuden a consultar para confirmar un cuadro de dengue.
Durante las primeras semanas de enero se reportaron al menos 1.700 notificaciones de casos febriles, una cifra que significó un aumento exponencial en el marco de la epidemia desarrollada en el país.
Sin embargo, un porcentaje importante desencadenó en la detección de otras enfermedades no relacionadas al dengue.
Puede interesarte: El dengue y la medicina alternativa: ¿Se puede usar la hoja de mamón?
“Un cuadro de fiebre puede no ser únicamente por el dengue, puede ser debido a otras enfermedades y es ahí donde la consulta con el médico va a marcar la diferencia”, refirió Hernán Rodríguez, director de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud.
Si bien no entró en detalles estadísticos, comentó a Última Hora que también hubo casos en los que pudieron descubrir otras patologías aparte del diagnóstico de dengue.
Pero el escenario al que se enfrentan los médicos es a la recurrente automedicación. Es de conocimiento que el Paracetamol es el único medicamento para paliar los síntomas de esta enfermedad. Su costo accesible y venta libre hacen que muchos opten por esta práctica.
Ante esta situación, el profesional advirtió que el consumo de una dosis mayor a 4 gramos por día podría derivar en otros problemas de salud. Tal es el caso de la hepatitis medicamentosa.
Nota relacionada: Antiinflamatorio contra dengue puede generar efectos adversos
“El Paracetamol es una sustancia que se metaboliza en el hígado. Va por la sangre y en el hígado se realiza la transformación de la sustancia. Cuando la dosis es mayor, ese trabajo puede verse superado y el órgano se inflama”, precisó.
Rodríguez recordó que esta afección es considerada como una enfermedad autolimitada, es decir, que se cura sola. Los fármacos indicados para el tratamiento son para contrarrestar los riesgos de padecer un cuadro más grave.
Otros síntomas característicos son los fuertes dolores de cabeza, de músculos, articulares, la falta de apetito, náuseas, vómitos y erupciones cutáneas.