El proyecto de pérdida de investidura, justamente por el caso del título falso, había sido presentado por la encuentrista Kattya González y tuvo el apoyo de su colega liberal Celeste Amarilla. Al final, fueron las únicas que votaron a favor.
Ni sus demás aliados de la oposición se animaron a sentar una postura, y se limitaron a abstenerse, mientras que otros abiertamente tampoco dudaron en rechazar.
“Niego rotunda y categóricamente haber ejercido uso indebido de influencias ante los colegas para acceder al cargo al que fui designado por mayoría, tal como falsamente sostienen”, había sido el descargo que presentó por nota, Rivas, ante la Comisión de Asuntos Constitucionales.
“No han presentado una sola prueba fehaciente que demuestre el acto o hecho en el que conste que le persuadí a mis colegas acerca de mis aptitudes para ser elegido”, había argumentado Rivas, por escrito, sin dar la cara.
Fue en alusión a su representación ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, siendo diputado y luego senador y al que no renunció, sino que pidió permiso.
Sin embargo, días pasados, fue imputado por producción de documentos de contenido falso y el pedido de desafuero ya está en manos de la Comisión Permanente del Congreso, que tiene previsto reunirse el miércoles 24.
“Vergüenza me va a dar sí, es cierto, y está comprobado”, había señalado el líder de la bancada cartista Basilio Núñez, prácticamente poniendo las manos en el fuego en defensa de su protegido.
“La persona acusada no tiene que demostrar nada, sino la que acusa, según la Constitución Nacional”, agregó.
El que estuvo solicitando informes con relación a Rivas, había sido el diputado encuentrista, Raúl Benítez, y llegó a recibir tres certificados de estudios en fechas diferentes, sin que el Ministerio de Educación aclare cuál es el válido.
Lilian Samaniego, quien preside la Comisión de Asuntos Constitucionales, había revelado que no se pudo tratar el descargo por escrito de Rivas, ya que ni siquiera hubo cuórum, lo cual podría considerarse como un presagio de su salvataje.
De hecho, al día siguiente que Kattya haya presentado el proyecto de pérdida de investidura, en la primera semana de diciembre, hubo una fuerte presión para que se trate inmediatamente, señal de que los cartistas ya estaban decididos a blanquearlo. En esa ocasión, Lilian había alegado que el caso estaba en instancias judiciales dentro de un proceso de investigación.
Su recomendación fue esperar a que la justicia se expida para que el Senado pueda tomar una decisión. Ahora sería el momento, ya que está el pedido de desafuero.
El senador colorado, Ramón Retamozo, fue uno de los que apoyó el tratamiento exprés del proyecto de expulsión con la intención de que pueda ser rechazado y archivado. Es más, se hizo cargo de un proyecto que aprieta, aún más, el cerrojo para aplicar la pérdida de investidura, que fue aprobado al filo del receso parlamentario. Orondamente, admitió que era una piedra en el zapato de los legisladores y hasta exageró al afirmar que hasta por un resfrío mínimo podrían ser echados.