19 abr. 2024

Más de 1.000 chipas elaboradas en Buen Pastor llegan a los hospitales

La iniciativa contó con el apoyo de la ciudadanía que posibilitó aumentar la cantidad de producción. El tradicional alimento fue para el personal de blanco y familiares de internados por Covid-19.

El aroma de la chipa dorándose en el tatacuá y un ambiente de ajetreo culinario, entre risas, fiesta y solidaridad se apoderaron en la jornada del Miércoles Santo en el penal de mujeres Casa del Buen Pastor, en Asunción.

Cerca de 100 mujeres privadas de su libertad y funcionarios de la penitenciaría participaron en la elaboración de la chipa para acercar al personal de blanco y familiares de internados por Covid-19 en varios hospitales públicos, tales como Hospital San Pablo, Hospital de Trauma, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente Juan Max Boettner (Ineram) y el Hospital de Calle’i de San Lorenzo.

Anuncian que también se prevén entregas para hoy. La distribución la realizarán los funcionarios.

“Son mujeres que tienen el deseo de volver a integrarse algún día a la sociedad. Entonces, este trabajo es una muestra de eso que anhelan. Es un granito de arena que van a aportar para esa gente que está sufriendo, no precisamente por recibir la chipa, sino para que sepan que hay personas que están aquí pensando en ellas, queriendo donar lo que pueden; que sería trabajo y cariño”, relató la directora del sitio, Nelsi Centurión.

En principio, la meta fue elaborar unas 1.000 chipas, con colaboraciones que realizaron internamente, pero, tras hacerse pública la iniciativa, las donaciones hechas por la ciudadanía en general fue en aumento, y por ende, también la producción, que permitió llevar a hospitales.

EN EQUIPO. A medida que se acercaba el día, el entusiasmo aumentó. Varias de las chicas que no participaron en la elaboración del alimento se unieron a través de otras tareas. Un grupo confeccionó 50 delantales para donar a las compañeras y funcionarios encargados del chipa apo.

“Ellas pusieron la tela y la mano de obra. Generalmente piden que se compren insumos y ellas se encargan de la elaboración. Pero esta vez me sorprendieron. Golpearon la puerta y allí estaban los delantales terminados. Otro grupo se encarga de la sopa paraguaya para compartir con las chicas”, indica Centurión.

APOYO

Tanta fue la buena receptividad, expresa la directora, que las donaciones fueron bastantes, y hasta emotivas. “Una señora humilde llegó el Lunes Santo hasta el portón principal, sobre Mariscal López, con una bolsita que contenía un pote de manteca. Me emociona cada vez que recuerdo y pienso en el esfuerzo de la señora, que fue hasta el mercado y luego vino en colectivo para acercar su aporte; de la manera en que puede, tanto ella como otras familias, se suman a este proyecto”, comentó.

Los reclusos de la penitenciaría de Tacumbú también se hicieron presentes a través de la creación de una batea para que la mezcla de ingredientes y preparación sea lo más tradicional posible.

“La idea nació en el Buen Pastor, pero estamos unidos todos. Al final se convierte en una gran fiesta de servicio como lo demostró Jesús el día que les lavó los pies a sus discípulos un Jueves Santo ”, destaca la directora.