Diez meses después de la cuestionada reelección del presidente Nicolás Maduro y los disturbios que le siguieron, se elige ahora a 285 diputados de la Asamblea Nacional y 24 gobernaciones.
La líder opositora María Corina Machado llamó a sus partidarios a no votar en medio de su denuncia de fraude en las presidenciales del 28 de julio. “Cuando es SÍ, es SÍ. Cuando es NO es NO”, escribió en X.
La baja afluencia en los centros de votación predominó en las principales ciudades del país, constataron periodistas de la AFP. “No voy a votar porque debemos salir ya de este régimen”, dijo Mirian Cristina Pérez, una educadora jubilada de 73 años en San Cristóbal (Táchira, fronterizo con Colombia). “Esto es para que vean que estamos en democracia cuando todo el mundo sabe que no es así”.
“Fue rápido y fluido, aunque realmente no había gente”, señaló por su parte Yasmín Urbina, funcionaria pública de 41 años.
De cualquier modo, sin importar el índice de participación, la abstención garantiza que el chavismo se imponga en la mayoría de los cargos para blindar aún más el poder de Maduro.
La encuestadora Delphos proyectó que la jornada se cerrará con una participación del 16% de los 21 millones de electores llamados a votar.
“Cuando el adversario se retira del campo, uno avanza y toma terreno”, dijo el presidente después de votar al rememorar otros llamados de abstención opositora. “Venezuela es el país con más elecciones libres, soberanas y democráticas de la historia de los últimos 100 años de la humanidad”.
Las elecciones se realizaron apenas días después de una ola de arrestos de unos 70 dirigentes opositores acusados de integrar una “red terrorista” para sabotear estos comicios.
Entre los detenidos figura el dirigente Juan Pablo Guanipa, un cercano aliado de Machado. “Logramos hacer las elecciones sin un incidente y logramos derrotar la violencia”, se felicitó Maduro.
El gobierno desplegó a más de 400.000 efectivos para la seguridad de la votación, restringió los pasos fronterizos y suspendió la conexión aérea con Colombia.
La imagen de centros de votación desiertos dista de las concurridas presidenciales, que terminaron en protestas contra la proclamación de Maduro con 28 muertos y más de 2.400 arrestos.
Una pequeña escisión de la oposición desconoció este llamado y participó en los comicios del domingo. La encabeza el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles, quien busca un escaño en el Parlamento.