Eric Parrado explica que este resultado va en línea con las tendencias recientes de IA, las cuales han mejorado significativamente en su habilidad de automatizar tareas relacionadas a entradas de datos, manejo de inventarios, y procesamiento de transacciones”.
Menciona también que, en cambio, los grupos ocupacionales de “servicios sociales y de la comunidad”, “técnicos y practicantes de cuidado de la salud”, e “instrucción educacional y servicios de librerías” presentan los menores niveles de exposición, debido a que estos grupos se relacionan a actividades físicas complejas, toma de decisiones de alto riesgo, e interacciones intrapersonales, tareas que la Inteligencia Artificial se complica en replicar.
Parrado menciona que usando como base los datos ocupaciones de Estados Unidos y México se destaca que los trabajadores que no se graduaron del colegio presentan mayores niveles de exposición que trabajadores con mayores niveles de educación, como estudios universitarios de pregrado, maestría y doctorado.
“Con base en los mismos datos, encontramos una relación consistente donde mayores quintiles de ingreso presentan menores tasas de exposición; es decir, grupos de bajo ingreso presentan mayores niveles de exposición a ser reemplazados o perjudicados por IA”, destaca.
Mujeres más expuestas. De igual manera, el economista jefe del BID cita que las mujeres están más expuestas en los tres horizontes temporales estudiados porque ocupan más trabajos de oficina, administrativos, y de servicio y apoyo y son más vulnerables a la IA. “Esta disparidad de género en la exposición a la IA es una consideración importante para los formuladores de políticas que trabajan en temas de equidad laboral y oportunidad económica”, remata.