Eladio Ortiz no anda con vueltas ni medias tintas. Un hombre que hizo arte y oficio de la reutilización del desperdicio ajeno sigue sin comprender el miserable egoísmo criminal de algunos paraguayos que incumplen las restricciones de la cuarentena. “Supuestamente somos los más ignorantes, pero no veo carros ni carritos llenando las calles. Todos son autos y muchos parecen muy caros. Los que somos más necesitados, los que vivimos el día a día, los que sudamos del amanecer al anochecer sacando algo de la basura, nos quedamos en nuestras casas y la gente con plata, los que tienen un salario seguro o viven del Estado, salen y no cumplen con las medidas de la pandemia“, enfatizó.
Ortiz representa, a través de la Asociación de Recicladores del Paraguay (Arepar), a unas 25.000 familias paraguayas que viven de los distintos procesos de la industria del reciclaje, un renglón económico que intenta consolidarse como alternativa laboral destacada, pero que ahora recibe de forma directa y masiva los embates de la pandemia. “Estamos muy preocupados. Sabemos que antes que nada está la salud de las personas y de nuestros asociados, pero hay una realidad. La gente está haciendo un sacrificio enorme. Respetamos lo que dice el Gobierno, pero nuestra gente se encuentra muy preocupada”, recalcó.
En cuanto a la ayuda para los sectores más afectados por la cuarentena, Ortiz se permitió ironizar: “Dicen que hay pero nosotros todavía no tuvimos el gusto de conocerla”. Señaló que habitualmente los recolectores pueden llegar a recaudar entre 100 y 120 mil guaraníes por día. Por lo tanto, ven que la asistencia estatal de 500 mil es bienvenida pero que ella no cubre las necesidades reales.
“La situación es complicada. Nuestros compañeros están pasando necesidades. Estamos pensando armar kits de alimentos para repartir. No estamos recibiendo ayuda directa del Gobierno. Entendemos esto como un sacrificio. Pero pedimos que los otros, la gente que tiene dinero y más recursos para enfrentar estos mismos sacrificios se pongan la camiseta y no compliquen más las cosas. Nosotros, a pesar de nuestra condición humilde, estamos demostrando que nos comportamos como la situación histórica nos obliga”, puntualizó.
La recolección de desperdicios hogareños cae dentro de lo que los estudios llaman la economía circular. Es decir la reutilización de material desechado para incorporarlo de nuevo al proceso productivo generando un sano impacto económico y ambiental.
Ahora el proceso está cortado. Comercios y fábricas recicladoras están cerrados. Aún falta determinar cómo queda el sector de las mipymes tras esta crisis sanitaria y económica. “Ahora está todo parado y no sabemos que sucederá cuando la cosa vuelva a reactivarse. Solo el tiempo dirá cuán grande fue el impacto negativo de esta crisis para la economía paraguaya y para la economía de nuestros asociados. Solo nos resta esperar, aguantar la situación, rogar por una ayuda real y efectiva del gobierno. Fundamentalmente solo nos queda trabajar para salir de esto”, concluyó Ortiz.
Consejos para ayudar al reciclaje
“Esperamos que el 13 de abril podamos volver a trabajar. Para que nuestra labor sea más rápida necesitamos que la gente nos ayude a reciclar”, señaló Eladio Ortiz de la Asociación de Recicladores del Paraguay.
Indicó que antes que nada deben colocarse en bolsas separadas la basura orgánica de la que no es. En lo que respecta a la inorgánica sugirió separar las botellas y frascos de vidrios y acotó que bajo ningún motivo deben romperse. Además dijo que los envases de aluminio y de plástico deben ser aplastados y guardados en bolsas distintas a otros elementos. Los periódicos, cartones y papeles, precisó, deben ser atados y estar secos.
