“Los jueces no se tocan”, se titula el editorial que considera que “la separación de poderes es fundamental en el armazón institucional democrático, y aunque el presidente, Alberto Fernández, asegure que de lo que se trata es de restaurar ‘el orden perdido’, es difícil no interpretar este movimiento como una interferencia en la labor judicial y un intento, más bien brusco, de evitar que su vicepresidenta tenga que dar explicaciones ante la justicia por unos hechos debidamente investigados como tendría que hacer cualquier otro ciudadano”.
Se trata de un escándalo –explica el artículo– sobre comisiones ilegales conocido como el caso cuadernos. Los jueces afectados son el que aprobó la instrucción del caso, el que emitió una condena contra Amado Boudou –vicepresidente de Argentina durante una parte del mandato presidencial de Fernández (2007-2015)– y el magistrado que todavía tiene que terminar de juzgar el escándalo.
El rotativo también critica que el Gobierno de Fernández ponga todas sus energías en una reforma que afecta a jueces y servicios secretos cuando la pandemia de Covid-19 golpea gravemente al país.
Considera que si bien la reforma impulsada es probablemente necesaria, “debería ser fruto de un gran acuerdo político nacional so pena de arrojar una importante sombra sobre el edificio constitucional argentino”.