Tras el deceso de Isabel II, su ex nuera se hizo cargo de ambos animales, que acompañaron a la soberana durante los últimos años de su vida y habían sido un regalo de su hijo Andrés, duque de York.
“Mientras lamentamos la muerte un año después, también celebramos los maravillosos momentos que compartimos con su difunta majestad la reina”, escribió Ferguson en la red social Instagram.
“La reina me encargó que cuidara a sus corgis Sandy y Muick, y estoy encantada de decir que están saliendo adelante”, agregó la duquesa, que compartió una fotografía en la que aparece ella junto a los dos corgis.
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Los perros tuvieron un papel relevante en el funeral de Isabel II, cuando fueron llevados al castillo de Windsor para presenciar la llegada del féretro, antes de la ceremonia íntima que se ofició en la capilla de San Jorge.
Sandy y Muick fueron la última pareja de corgis con la que convivió la antigua monarca, que tuvo más de 30 perros de la misma raza durante su vida, muchos de ellos descendientes directos de Susan, la perrita que le regalaron sus padres en su decimoctavo cumpleaños, en 1944.
Todavía una adolescente, la entonces princesa se había encariñado con el perro Dookie de su padre, Jorge VI, y quería uno para sí misma.
Su vínculo con Susan fue tan profundo que la perrita llegó a acompañarla en su luna de miel tras casarse con el príncipe Felipe.
Fuente: EFE.