Los jacarandás están por todas partes. Aunque no logran hacerle competencia a los lapachos, reinan en esta época. Se los puede ver en las calles con su impactante color azul al violeta.
Esta belleza lleva, sin embargo, el nombre formal de jacaranda mimosifolia, y forma parte de la familia Bignoniaceae.
“Es un árbol originario de Sudamérica (Paraguay, Brasil, Bolivia y el norte argentino) pero crece muy bien ya en otros países. Puede ir de 8 hasta 12 metros de altura y puede vivir hasta más de 100 años”, indica el ingeniero agrónomo Juan Carlos Scavone.
El jacarandá es una planta que florece al comenzar la primavera y a veces ocurre una segunda floración hacia febrero. Esta es la respuesta de por qué se utiliza bastante para la arborización urbana y para hermosear las ciudades.
En cuanto al nombre, la palabra jacarandá deriva de la voz guaraní: hakuã (que tiene perfume), y renda, que significa lugar, sitio, o sea, que significa fragante.
Las flores se reúnen en espigas y cubren todo el árbol durante la floración. Otro distintivo del jacarandá son sus frutos, unas cápsulas leñosas planas marrón oscuro, cuyas semillas son aladas. Tiene preferentemente un uso más ornamental y se reproduce fácilmente de semillas.
En Paraguay el jacarandá es conocido como ka’i jepopete, que en guaraní significa: aplauso de mono, por sus frutos en forma de castañuelas. También se lo conoce como karova.
La caída de las flores y los frutos del jacarandá generan una especie de alfombra en el piso, generando un atractivo más a la vista. A nivel local, la planta se encuentra por sobre todo, en la región Oriental. Varias organizaciones dedicadas a la preservación de la naturaleza fomentan la entrega de plantines de esta especie, por su fácil siembra y poco cuidado.
En su libro Remedios Naturales del Paraguay, el ingeniero Scavone señala que la planta de jacarandá es medicinal ya que se usa contra los cuadros diarreicos, disenterías y trastornos intestinales. “Se usan sus hojas y flores pero un buen resultado medicinal ocurre al usar unos 10 gramos por litro de agua de su corteza, en infusión. Es un buen antiséptico”, explicó el ingeniero.
En el arte. La recordada artista plástica Olga Blinder incluyó al jacarandá en su obra Octubre y Jacarandá, inspirada seguramente por los colores que estas plantas ofrecen durante esta época del año.
La planta de jacarandá también sirvió de inspiración para una canción de la recordada María Elena Walsh, La canción del jacarandá.
Los frutos también pueden servir como llaveros.
Para las fiestas navideñas, los artesanos elaboran creaciones a partir del fruto que guarda semejanza con la castañuela y pueden servir para colocar en el arbolito de Navidad o como souvenirs para los amigos.