18 abr. 2024

Lago Ypacaraí: Sentenciado a morir por burocracia e inacción

Playa en Ypacaraí

Playa en Ypacaraí

Foto: Fabián Fleitas.

La sequía produjo estragos en el lago Ypacaraí; las playas lucen con arena negra, que está lejos de ser idílica, pues está copada por todo tipo de basura y residuos. Lo peor no es solo que bajó como nunca el nivel del agua –que hoy levemente se va recuperando– sino que siguen acechando las temibles cianobacterias, también conocidas como algas tóxicas.

Sin embargo, la actual crisis no es sino una más que le toca soportar al alguna vez conocido como Lago Azul de Ypacaraí.

Ya en el mes de setiembre de este año anunciaba el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) en su sitio web, que la época de sequía traería consigo posibles impactos ambientales que afectarán principalmente a los cauces hídricos, por lo que anunciaron que fortalecerán las acciones en la cuenca del Lago Ypacaraí, “debido a que el bajo nivel del agua, sumado a la contaminación de los humedales dificulta la limpieza natural de la cuenca y beneficia a la proliferación de cianobacterias y algas eucariotas del fitoplancton, que se evidencia por la coloración generalmente verde y la turbidez que le confieren al cauce del Lago Ypacaraí”.

Las autoridades hablaron –una vez más– de un plan de acción para encarar esta situación, enfocado en programas de educación ambiental, monitoreo y fiscalización; y en el Parlamento se creó una comisión.

Es así que el libreto de cada temporada se volvió a representar: se llama cianobacterias, malos olores, moscas, sequía, peces muertos o coliformes. El país se angustia y las autoridades prometen poner en marcha un plan de acción, pero después todo termina con la conformación de una nueva comisión o mesa de trabajo.

Descenso del Lago.mp4

DESCONTROL

En retrospectiva, lo peor que le pudo pasar al Lago Azul fue la gente. Cuando comenzaron a crecer las ciudades ubicadas junto al lago, el impacto no tardó en hacerse sentir; así como el desmesurado crecimiento; y simultáneamente la destrucción de los humedales que protegían naturalmente al agua.

Y, por otro lado, el crecimiento sin planificación de las ciudades. La cuenca del lago abarca tres departamentos: Cordillera, Central y Paraguarí, un total de 21 municipios, con varias ciudades con grandes poblaciones y nulos servicios públicos, el más importante de todos, el alcantarillado sanitario. Todo esto sin mencionar los dos arroyos, Yukyry y Pirayú, que acarrean no solo agua, también sedimentos y sobre todo, desechos domiciliarios.

“La solución definitiva para la polución del lago es el alcantarillado sanitario”, afirma Fernando Negrete, intendente de Ypacaraí, una de las ciudades que tiene playas sobre el recurso hídrico.

El funcionario explica que hace 40 años el problema del lago era en un 80% la contaminación de fábricas, curtiembres y mataderías, y un 20% desechos domiciliarios.

Hoy, 40 años después las cifras se invirtieron, y 80% de la polución es actualmente por desechos domiciliarios, mientras que hay un 20% de polución por las curtiembres, fábricas y mataderos, ya que la cifra se redujo mediante las intervenciones, asevera.

El intendente lamenta que las soluciones tarden tanto en llegar, y comenta que en Ypacaraí tienen un proyecto de alcantarillado sanitario, presentado al Ministerio de Obras Públicas, “Y no estamos pudiendo todavía acceder…. El presupuesto para eso con 2.500 usuarios hace 6 años era de 6 millones de dólares”, ahora el proyecto se encuentra estancado.

Negrete repite una vez más: “Yo creo que si en los próximos 10 años no se dota de alcantarillado sanitario, con planta de tratamiento a por lo menos los municipios de mayor densidad poblacional, no va a aguantar el lago. Sin alcantarillado sanitario el lago no aguantará ni 10 años”.

<p>Playa en San Bernardino</p>

Playa en San Bernardino

Foto: Fabián Fleitas.

LIMBO JURÍDICO

Todo esto desemboca en otro aspecto que atenta en forma sistemática en contra de las posibilidades de sobrevivencia del lago azul: la desidia de las autoridades y la burocracia.

Para Osvaldo Codas, miembro de la comisión directiva, y coordinador de proyectos culturales de la asociación ProSanber, y director del Hotel del Lago de San Bernardino, es muy terrible lo que está pasando, “pero lo más terrible es la desidia de las autoridades”.

Ante la aparición de una nueva situación crítica del lago, la pregunta que surge es ¿qué hacen los intendentes? Sobre eso, Codas señala que estos no pueden hacer nada. “Muchas veces cuando el lago está mal como ahora, y van y le preguntan al intendente, y el intendente no puede hacer nada, porque no tiene jurisprudencia sobre el lago, el lago es de la Marina y del Ministerio del Ambiente, que tiene control sobre cualquier obra que incida”.

Apunta además que uno de nuestros principales atractivos turísticos se encuentra en realidad en un limbo jurídico, y explica: “los intendentes no pueden accionar porque está en un limbo jurídico, y el Estado paraguayo no hace nada. Ese espejo de agua no le pertenece a la intendencia; el lago está en un limbo jurídico y en ese limbo se está secando”.

<p>Playa en Aregu&aacute;</p>

Playa en Areguá

Foto: Fabián Fleitas.

BUROCRACIA

Pero el problema del lago no ha ido creciendo y empeorando en todos estos años solamente por la inoperancia y la falta de interés de las autoridades; también le debe mucho a la burocracia.

Comisiones del lago, expertos y misiones del exterior, informes detallados y extensos, sugerencias y soluciones; millones de dólares se han gastado en diagnósticos y en la búsqueda de soluciones. Montañas de papeles que descansan en un olvidado cajón de algún ministerio.

A fines de noviembre, expertos del Ministerio del Ambiente anunciaban un proyecto piloto que permitiría regular la salida del agua del lago por el río Salado, a través de un sistema de contención temporal de fácil y rápida implementación. Habían dicho que el sistema de contención era una solución paliativa, que permitiría controlar durante todo el verano el comportamiento, la cantidad y calidad del agua retenida, y monitorear la recuperación de camalotes.

Un funcionario dijo que la bajada del agua por la sequía no era una situación novedosa, que se venía repitiendo desde hacía décadas, y culminó con la típica frase de que “la solución definitiva debe ser estudiada a profundidad”. De esta manera sigue creciendo este memorial de agravios al Lago Ypacaraí, de la mano de burócratas que conocen el problema, pero no pueden avanzar con las soluciones.

Esta crisis de sequía dará paso a otra crisis y se formará una nueva comisión prolimpieza del lago, y se va a encargar a algún experto otro informe más, para luego guardarlo en el archivo. Mientras tanto, el lago sigue muriendo.

EL LAGO DE TODOS. Abarca tres departamentos en total: Cordillera, Central y Paraguarí.

CONTAMINACIÓN. El 80% de la polución actualmente es por desechos domiciliarios.

EN TERAPIA. Según el intendente de Ypacaraí, sin alcantarillado el lago no va a aguantar ni 10 años.