“Momento histórico”, dijo el secretario de Estado de Digitalización de Bélgica, Mathieu Michel, cuyo país ostenta este semestre la presidencia rotatoria de la Unión Europea.
En noviembre quedarán ya prohibidos los sistemas de inteligencia artificial de categorización biométrica por creencias políticas, religiosas, filosóficas o por su raza y orientación sexual.
Tampoco se podrán utilizar los sistemas que puntúan a las personas en función de su comportamiento o características personales, ni la inteligencia artificial capaz de manipular el comportamiento humano.
También estarán prohibidos, entre otros, los sistemas para expandir o crear bases de datos faciales captados de manera indiscriminada a través de internet o de grabaciones audiovisuales.
No obstante, la normativa permite excepciones, de tal forma que las fuerzas de seguridad sí podrán utilizar las cámaras de identificación biométrica, siempre con autorización judicial.
Este fue uno de los puntos más polémicos durante las negociaciones entre el Parlamento Europeo y los Estados miembros. Así, estos sistemas se podrán usar también para localizar a los responsables de delitos de terrorismo, tráfico de personas, explotación sexual, así como para buscar a las víctimas.