El incendio forestal que se produce de manera constante en cada punto del territorio chaqueño, sobre todo en Alto Paraguay, afecta a la población, pero resulta incontrolable para contener el daño ecológico y para asegurar que no haya fuegos provocados por personas debido a la ausencia de instituciones ambientales.
El origen del fuego que la semana pasada afectó a los apicultores, que tuvieron pérdidas en sus colmenares quemados, aún se desconoce, aunque se presume que se inició de manera natural como consecuencia de la sequía, y pudo ser contenido con precarias herramientas, pero el daño es irreversible en lo económico y también para la naturaleza.
SIN OFICINAS DEL MADES
En el departamento no se cuenta con una oficina del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), tampoco con la Fiscalía del Ambiente, aunque en esto último se depende de otro departamento de la misma región chaqueña.
En cada incendio que sucede en la zona no se conoce la causa por carecer de personal para determinar cuáles fueron las circunstancias, cuantificar los daños causados al sector productivo y también el efecto generado en la fauna, donde suele haber mortandad de animales silvestres por consecuencia de los siniestros.
AFECTA A LOS BOSQUES. La sequía afecta de sobremanera el bosque chaqueño, donde los tajamares se encuentran secos, privándoles del vital líquido a los arbustos, que son propensos a la quemazón por la acción del sol, cuyos rayos, por las altas temperaturas, generan los incendios en la zona. En el Chaco hasta el momento no existen pronósticos de lluvias, mientras los habitantes, la fauna y la flora silvestre sufren las consecuencias.
La población no está preparada para contener desastres naturales por la carencia de infraestructura para apagar el fuego; no hay brigadas de bomberos suficientes y no existen transportes para el acarreo de agua, que además servirían para proveer líquido vital a lejanas comunidades que necesitan; tampoco existe forma de rescatar animales afectados por quemazones.
