La Policía Nacional no cuenta con un protocolo para resolver conflictos relacionados con los eventos deportivos, según confirmaron fuentes de la institución.
El comisario Néstor Cabrera, de la Comisión de Estudios de Leyes y Reglamentos, indicó que los agentes se rigen por la Ley 1866, que establece las normas de conducta que deben ser observadas por las personas en los estadios deportivos y zonas aledañas. En caso de las aprehensiones y detenciones, la Policía se rige por los procedimientos generales.
“En su oportunidad, hace tres años atrás, se planteó ampliar la ley conforme a las debilidades que tiene, pero de ahí no trascendió y quedó archivado”, explicó Cabrera.
DE USO INTERNO. Ante esta precariedad legislativa, los agentes del Departamento de Eventos Deportivos de la Policía utilizan de guía un reglamento interno para actuar en este tipo de casos.
Una de las directivas señala la necesidad de dialogar con los protagonistas y acabar con el conflicto sin tener que utilizar la fuerza. “Cuando hay ciertos desmanes y se sale del control, el personal debe lidiar con los referentes o líderes y tratar de no utilizar la fuerza. Cuando se agotan todas las instancias, llamamos al personal táctico”, expresó el subcomisario Diego Acosta, subjefe del departamento. Este se refirió a la necesidad de trabajar con las hinchadas organizadas en la prevención para evitar actos vandálicos, como los que sucedieron el domingo con el enfrentamiento de los grupos Comando y La Plaza sobre la avenida Quinta, en barrio Obrero.
cansados. El descontrol de las barras bravas afecta en gran medida a los comerciantes que viven en la zona; algunos manifestaron su malestar y pidieron a las autoridades trabajar para dar solución a este vandalismo. “Cuando hay partidos, ya no podemos trabajar. Preferimos no abrir nuestro local por miedo a la inseguridad”, remarcó una de las trabajadoras, que pidió reserva por temor a represalias.
La mujer sostiene que el problema no solo se da en los clásicos, sino en cualquier partido que le toque jugar al club Cerro Porteño. “Hay muchos hinchas que no ingresan al estadio y se quedan acá, en algunas de las veredas, a pedir dinero o a robar sus pertenencias a los transeúntes”, agregó la fuente.
protección. El dueño de un restaurante decidió, debido a los múltiples destrozos causados a su local en reiteradas ocasiones por los inadaptados, colocar unas persianas especiales de metal para evitar que le rompan más vidrios. “Cuando hay partidos se junta mucha gente, pero las posibilidades de venta son mínimas. Debería ser una oportunidad, pero no es un buen día para trabajar”, dijo el hombre que también prefirió el anonimato.
La mayoría de los comerciantes de la zona consultados expresaron la necesidad de encontrar una solución a este problema. “Estos vándalos le hacen correr a la gente y no se puede trabajar así. Pedimos a las autoridades una solución”, agregó el trabajador.
Doce hinchas fueron imputados
Los menores M.M.A. y L.F. además de Gilberto Ramón Gómez Martínez, Matías Isaac Giménez, Mathías De Jesús Laguardia, Matías Manuel Mena, Raúl Adorno, Héctor Insfrán, Derlis Velázquez Ortega, Júnior Acosta, Víctor Daniel Rojas y Ricardo Abel Rivas fueron imputados por perturbación de la paz pública y violación de la Ley del Deporte. El fiscal Eugenio Ocampos, quien fue asignado para investigar el caso, pidió la prisión para los hinchas del club Cerro Porteño que fueron detenidos luego de los desmanes ocasionados sobre la avenida Quinta, en inmediaciones del estadio La Nueva Olla, donde se enfrentaron los grupos organizados Comando y La Plaza. Los doce permanecen en la sede del departamento de Eventos Deportivos de la Policía, a la espera de lo que decida el Juzgado.