Un cohete SpaceX Falcon 9 despegará mañana de la plataforma de lanzamiento 39A con la cápsula Crew Dragon en su parte superior hacia la Estación Espacial Internacional (ISS). La NASA otorgó a SpaceX más de 3.000 millones de dólares en contratos desde 2011 para construir la nave espacial.
La cápsula estará tripulada por Robert Behnken, de 49 años, y Douglas Hurley, de 53, ambos con una larga trayectoria de viajes espaciales: Hurley pilotó el Atlantis en su último viaje. Unas 19 horas después atracarán en la ISS, donde los esperan dos rusos y un estadounidense.
El presidente de EEUU, Donald Trump, acudirá al Centro Espacial Kennedy, en Florida, para presenciar el lanzamiento, que recibió luz verde a pesar de meses de confinamiento debido a la pandemia del coronavirus.
Al público, respetando las restricciones sanitarias por el Covid-19, se le invitó a seguir la transmisión en vivo del lanzamiento de Crew Dragon.
El programa de tripulación comercial de la NASA, destinado a desarrollar naves espaciales privadas para transportar astronautas estadounidenses al espacio, comenzó bajo Barack Obama. Su sucesor lo ve como un símbolo de su estrategia para reafirmar el dominio estadounidense del espacio, tanto militar, con su creación de la Fuerza Espacial, como civil.
VIAJE A LA LUNA. Trump ordenó a la NASA que regrese a la Luna en 2024, un calendario de difícil cumplimiento, pero que le dio un impulso a la famosa agencia espacial.
En los 22 años transcurridos desde que se lanzaron los primeros componentes de la ISS, solo las naves espaciales desarrolladas por la NASA y por la agencia espacial rusa llevaron tripulaciones hacia esa estación.
La NASA utilizó el famoso programa de transbordadores: Enormes y extremadamente complejas naves aladas que llevaron a decenas de astronautas al espacio durante tres décadas. Pero su alto costo, unos 200.000 millones de dólares por 135 vuelos, y dos accidentes fatales, finalmente pusieron fin al programa. El último transbordador, Atlantis, llegó el 21 de julio de 2011.
La NASA confió a dos firmas privadas, el gigante de la aviación Boeing y la nueva empresa SpaceX, la tarea de diseñar y construir cápsulas que reemplazarían a los transbordadores. Nueve años después, SpaceX, fundada por Musk, está lista para su lanzamiento.