26 jun. 2025

La borrosa foto del abrazo

Camisa blanca. Bandera paraguaya. Ninguna alusión cromática al partido. Alegría artificial, muecas de ocasión.

Con esta estética apartidaria buscando seducir más allá de la ANR, se dio el abrazo republicano entre Santiago Peña (HC) y Arnoldo Wiens, (FR), de modo que este ritual repetitivo, gastado, pero siempre efectivo, repita su milagro de la unidad de cara a las elecciones presidenciales de abril.

La reunión fue en la casa del ex ministro de Obras, hasta donde fue el ganador para concretar el acuerdo. Y aunque Horacio Cartes y Mario Abdo Benítez son protagonistas claves como padrinos políticos, no fueron mencionados directamente por ninguno de ellos. De hecho, el presidente de la República es el más reticente al abrazo y más de una vez dijo que acordaría con todos, menos con el ex presidente. Eso está por verse. En política “hasta las vacas vuelan”, decía Luis María Argaña para explicar lo inexplicable.

La visita de Peña a Wiens no es el gesto de generosidad del ganador, sino de necesidad extrema. Los resultados de las internas no le dieron al cartismo una victoria contundente como vaticinaban sus encuestas. En la lista presidencial, la diferencia fue de 92 mil votos. En la lista para el Senado, apenas 14 mil. En la disputa por gobernaciones, Fuerza Republicana se llevó 10 de las 17. O sea, sin concordia a fuerza de tragar sapos, se hace cuesta arriba el desafío electoral, primero, y la gobernabilidad después (si gana).

Llamativamente ambos aclararon que cada quien sigue su camino. En la misma habitación, pero con camas separadas. De hecho, el ex ministro de Obras aclaró que “cada uno tiene su postura y juntos vamos a luchar contra la corrupción y las cosas que no van con la justicia. Yo no necesito abrazarme con Horacio Cartes. Nadie ocupará el lugar del otro, cada uno llevará su bandera, pero queremos trabajar en forma articulada”.

Pero pasó algo más. En un afán de demostrar que un sector del oficialismo no arrió sus banderas, Wiens puso en aprietos públicos a Peña al pedirle que Honor Colorado apoye el juicio político al ministro de Corte Antonio Fretes. Peña no pudo eludir el golpe. A pesar del malabarismo con las palabras, admitió la protección al indefendible magistrado. “Yo entiendo los gestos políticos, comparto la preocupación, el malestar que tenemos todos de no tener una justicia que funcione mejor, pero quiero mirar de manera positiva en el proceso de renovación”, se justificó señalando que ya no hay tiempo y su mensaje de lucha contra la corrupción judicial cayó en el hondo pozo de la hipocresía. La trampa también incluía demostrar que Peña es absolutamente funcional a Cartes y que no puede contradecir las decisiones, aunque lo perjudican como candidato.

Se abrazaron dándose golpeteos en la espalda y la reunión terminó con el objetivo cumplido de exhibir la foto.

Desde el oficialismo algunos aseguran que el tibio abrazo se debe a la posición arrogante del empresario que exige la capitulación absoluta de los derrotados. “Nunca entendió la unidad en la diversidad, no nos vamos a someter”, señaló un oficialista, quien acotó que después de las elecciones se viene lo más difícil para Peña, si gana las elecciones: Mantener el consenso interno para tener gobernabilidad.

El martes asumen las nuevas autoridades partidarias, donde Cartes será la figura central como presidente de la ANR. El cargo le da un rol más institucional para mover piezas, tender puentes. De sus gestos dependen en gran medida la reconciliación más allá de la foto.

EN LA OTRA VEREDA. Si bien Efraín Alegre logró una contundencia mayor en su pleito interno, tampoco le es fácil lograr la unidad en el PLRA, primero, y fuera de la Concertación después. El llanismo, representado en Hugo Fleitas, espera señales, una de ellas es que renuncie a la titularidad partidaria de modo que el ex gobernador de Cordillera tome el mando.

Como la madre de las batallas requiere la menor sangría posible de votos en la oposición, está por verse si buscará que Euclides Acevedo renuncie a su candidatura presidencial. El ex canciller del gobierno colorado acotó estos días que su postulación sigue firme, que no es testimonial. La aclaración se debe a las acusaciones lanzadas por sus adversarios, acusándolo de ser funcional al cartismo.

En este contexto se espera el posicionamiento de Fernando Lugo, quien sigue su tratamiento en Argentina y hasta el momento no ha dado su parecer.

Pero la tarea más importante de la dupla Alegre/Soledad, que sin dudas es la que polarizará con la ANR, será convencer y conmover con su relato a esos ciudadanos que aún le retacean su apoyo. Será la única manera de disputar con posibilidad de éxito las elecciones porque sus recursos son limitados. Los colorados harán lo de siempre: Juntos y revueltos sin importar prontuarios con el bolsillo infinito del cartismo, la aceitada maquinaria que incluye el Estado y las diversas fuentes de financiamiento de negro origen.