Valió cada bendito segundo. Las noches del Jueves y Viernes Santo no fueron las mismas de años anteriores en la ciudad de Villa Elisa. Fue una celebración distinta con la representación del Kurusu Rape.
La noche se llenó de luces. No de las provenientes de los alumbrados públicos y las casas. La luminosidad llegaba desde los costados del sendero, iluminados por las velas y antorchas. La vegetación del lugar, la oscuridad, el viento fresco de la noche y los sonidos del silencio y la música se conjugaban para dar un ambiente más sobrecogedor a la representación. La voz en off iba relatando lo que los cuadros mostraban. Algunos murmullos entre el público acompañaban el momento, que generaba un profundo respeto en todos. Personas de todas las edades, venidas desde distintos puntos cardinales se acercaron a ser partícipes de la celebración distinta en la Ciudad Jardín. La representación no dejaba de llamar la atención y cautivar al público presente. Como no podía faltar, muchos hicieron uso del celular para captar el momento. Fue la primera vez que se realizó dicha representación en la ciudad. No solo atrajo a sus habitantes. También llegaron personas de otras localidades y extranjeros que se encontraban durante los días santos en el país. El espectáculo se inició a las 20:30 el jueves y a las 20:00 el viernes. En el primer día, se vieron 7 estaciones, siendo 15 en el segundo. En cada recorrido, ingresaban grupos de cerca de 200 personas que eran llevadas por los guías por el iluminado camino. Todos los asistentes quedaron maravillados con el espectáculo. Principalmente los niños, quienes acostumbrados al entretenimiento digital se mostraban sorprendidos al ver los cuadros que cobraban vida. Como broche final, el público pudo realizar una digestión de lo vivido con la dramatización de los cuadros sacros, probando chipa y cocido al final del camino. DETRÁS DE ESCENA
Llevar adelante la escenificación de las estaciones del viacrucis demandó una preparación de dos meses, contó Gloria Rodríguez, secretaria de la Municipalidad de Villa Elisa. En la puesta en escena de la dramatización participaron alrededor de 200 personas; varias de ellas alumnos de la escuela de teatro. También se sumaron voluntarios de la ciudad, comentó. Se utilizaron cerca de 1.500 velas que se pusieron al costado del sendero. Los actores fueron guiados por Juan Méndez, profesor de teatro de la Municipalidad. Méndez también trabajó de cerca con Koki Ruiz, el artista y promotor cultural, quien lleva adelante desde hace años la celebración de Tañarandy en San Ignacio, Misiones. “Tenemos mucha expectativa y nos preparamos bastante para realizar esta representación. Esperamos recibir a 10.000 personas. Hay mucho entusiasmo con lo que se está mostrando a la gente”, contó Rodríguez. A juzgar por los murmullos, los gestos y las miradas de admiración con la que el público respondió al espectáculo, los responsables de la puesta se ganaron el paraíso de la aprobación general del público que disfrutó. CERRO DE ÑEMBY
La devoción representada también tuvo su réplica en otras localidades del Departamento Central, como cada año. Uno de los lugares que atraen a la población que se cansó de ver series y películas, y decidió salir de su hogar en Semana Santa es el Cerro Ñemby. Entre las altas murallas y a orillas de la laguna de dicho cerro, el canto y el rezo se hicieron eco repetido con devoción. La representación de la Pasión de Cristo atrajo a la población de varias partes, cual bendecido imán, para participar del evento. Cientos de personas llegaron hasta dicho lugar. Con aplausos aprobaron el esfuerzo de quienes recrearon, con dedicación, todo el momento del sacrificio supremo del Hijo de Dios. Cada año, el cerro es uno de los lugares que son utilizados para recordar los últimos días de Jesús. Desde el Domingo de Ramos y los siguientes días se llevan adelante diversas actividades en Semana Santa. De esta manera, con las diversas escenificaciones es utilizado dicho lugar. Un espacio público que fue recuperado, resucitando así un símbolo de la ciudad.
SIN EL CALVARIO DEL COVID
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CARACTERIZACIÓN. Con cuadros vivientes que recreaban la Pasión de Cristo se realizó la representación seguida por cientos de fieles.