El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, arribó ayer a la ciudad rusa de Vladivostok para una cumbre con el presidente Vladimir Putin, en la que se espera que busque su respaldo en momentos en que las conversaciones con EEUU por el programa nuclear de Pyongyang se encuentran en un limbo.
El tren blindado que transporta a Kim –en su primera visita oficial a Rusia– ingresó a la estación de Vladivostok, situada junto al Océano Pacífico, unas pocas horas después de cruzar la frontera rusa desde Corea del Norte. Tras un breve retraso mientras la puerta del vagón de Kim era alineada con su alfombra roja en la plataforma, el líder norcoreano bajó sonriente del tren.
Previamente, durante una parada en la frontera, Kim dijo al canal de televisión estatal ruso que estaba por sostener conversaciones exitosas y útiles con Putin. “Espero que pueda discutir asuntos concretos sobre las negociaciones de paz en la Península Coreana y nuestras relaciones bilaterales”, declaró a través de un intérprete.
Vladivostok está ubicada a unas pocas horas en tren de la frontera ruso-norcoreana y le permite a Kim viajar al exterior en su medio favorito de transporte. Kim sostendrá negociaciones con Putin hoy en un campus universitario en una isla ubicada frente a Vladivostok. Será la primera cumbre entre los dos líderes y las disputas sobre el programa nuclear norcoreano estarán en lo alto de la agenda, según un asesor de política exterior del Kremlin. REUTERS