28 may. 2025

Jóvenes peregrinos recorren barrios pobres del Brasil

Por Luján Román

CURITIBA - BRASIL

Naide Lima abraza. Abraza y llora de alegría al recibir en su parroquia a los jóvenes peregrinos paraguayos que están en Brasil preparándose para la visita del papa Francisco.

La Parroquia San José está ubicada en un sector pobre de Curitiba golpeado por la criminalidad, pero con una comunidad muy receptiva que esperó de brazos abiertos como el Cristo Redentor a los peregrinos que hacen misión en la capital del Estado de Paraná.

“Estoy muy orgullosa de la visita de los paraguayos a nuestra comunidad humilde, sé que van a ir a ver al papa Francisco, eso es maravilloso para nosotros que no tenemos la posibilidad de viajar a Río, espero que los peregrinos lleven nuestro saludo al Papa, nuestra realidad, nuestras esperanzas, nuestro abrazo”, comentó la catequista brasileña.

La comunidad ofreció una merienda a los peregrinos y compartieron su forma de vida y sus desafíos como miembros de la Iglesia católica. La comunidad en un principio se preparó para acoger a peregrinos en sus casas, se sumó y conmovió con la venida del Papa a Brasil, tanto que algunos incluso edificaron cuartos para la acogida.

A través del intercambio de experiencias de fe y de enriquecimiento cultural, por primera vez con la semana misionera, la Iglesia pretende dar a conocer la situación de las iglesias locales de Brasil, que es sede de la Jornada Mundial de la Juventud de este año.

Un conocedor de la realidad religiosa católica en Brasil es José Rodríguez de Brito, coordinador de la catequesis de la Parroquia San José. Para él, la visita del Papa Francisco es un acontecimiento muy esperado porque el catolicismo está perdiendo mucho y dejando mucho terreno para otras religiones. “Con el Papa las cosas van a mejorar. Creo que nuestros propios jóvenes que van a la jornada mundial en Río se van a comprometer para ayudar a la Iglesia”, reflexionó el catequista.

La acogida de peregrinos demostró la gentileza de la colectividad católica que aún siendo de escasos recursos usó su creatividad para realizar eventos con el fin de recaudar fondos que permitan ofrecer la mejor bienvenida a los peregrinos que al despedirse de los devotos no dudaron de decir aguije, o gracias en guaraní.