El papa Francisco, según la narración del evangelista Marcos, “enseña de una manera nueva, llena de autoridad”: ’Él entra a la sinagoga de Cafarnaúm en el sábado y se pone a enseñar; las personas quedan sorprendidas por sus palabras, porque no son palabras comunes, no se parecen a lo que generalmente escuchan’. Pero Jesucristo, prosiguió diciendo Francisco, no solo enseña ”de modo nuevo y con autoridad plena”, sino que al mismo tiempo “se revela poderoso también en las obras”.
“El poder de Jesús confirma la autoridad de su enseñanza. Él no pronuncia solo palabras, sino que actúa. Así manifiesta el plan de Dios con las palabras y con el poder de las obras. De hecho, en el Evangelio vemos que Jesús, en su misión terrenal, revela el amor de Dios sea con la predicación que con innumerables gestos de atención y ayuda a los enfermos, a los necesitados, a los niños y a los pecadores”.
De este modo, Su Santidad explicó cómo el Evangelio del día nos muestra que Jesús es nuestro Maestro, poderoso en palabras y en obras: “Jesús nos comunica toda la luz que ilumina las calles, a veces oscuras, de nuestra existencia; también nos comunica la fuerza necesaria para superar dificultades, pruebas, tentaciones. ¡Pensemos en la gran gracia que es para nosotros haber conocido a este Dios tan poderoso y tan bueno! Un maestro y un amigo, que nos indica el camino y cuida de nosotros, especialmente cuando lo necesitamos”.
Con esta invitación a pensar en la gracia de conocer a Cristo, el Sumo Pontífice concluyó su alocución previa al rezo del Ángelus, elevando su plegaria a la Reina de los Cielos: “Que la Virgen María, mujer de la escucha, nos ayude a hacer silencio alrededor y dentro nuestro, para escuchar, en el estruendo de los mensajes del mundo, la palabra con más autoridad que existe: aquella de su Hijo Jesús, que anuncia el sentido de nuestra existencia y nos libera de toda esclavitud, también de aquella del Maligno”.
(Frases extraídas de https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2018-01/angelus-del-28-de-enero-de-2018.html)