07 oct. 2024

Investigan misteriosas muertes de unos 154 elefantes en Botswana

El Gobierno de Botswana se encuentra investigando la muerte de al menos 154 elefantes registrados en los últimos dos meses en el noreste del país. En tanto, los especialistas descartan que se trate de caza furtiva o envenenamiento.

elefante-caza.png

Una centena de elefantes mueren de una manera extraña en África.

Foto: Cazavisión

La misteriosa muerte de 154 elefantes durante dos meses en Botswana llama la atención de las autoridades de vida silvestre del país africano, que investiga el extraño suceso.

“Todavía estamos esperando resultados sobre la causa exacta de la muerte”, señaló el coordinador regional de vida silvestre, Dimakatso Ntshebe.

Según el informe, los cadáveres se encontraron intactos, lo que indica que no fueron saqueados. Otras investigaciones posteriores ya descartaron que se trate de envenenamiento por humanos y ántrax, lo que a veces afecta la vida silvestre la zona.

Botswana es hogar de casi un tercio de los elefantes del continente, ya vio crecer a 130.000 elefante de los 80.000 que existían a fines de la década de 1990, debido a reservas bien administradas.

Sin embargo, la población general de elefantes de África está disminuyendo debido a la caza furtiva. El año pasado, el presidente Mokgweetsi Masisi levantó una prohibición de cinco años a la caza mayor, impuesta por el anterior presidente Ian Khama, pero la temporada de caza no se inició debido a las restricciones globales por Covid-19.

Nota relacionada: Elefantes hambrientos en Tailandia, las otras víctimas del Covid-19

La liberación de la caza se deba a que los elefantes son vistos como una molestia cada vez mayor por los agricultores, cuyos cultivos han sido destruidos por los elefantes que deambulan por el país del sur de África, informó el medio CGTN.

Por su parte, el Departamento de Vida Silvestre emprendió una operación para reubicar y destronar a todos los rinocerontes para combatir la caza furtiva en Botswana, lo que refleja los esfuerzos en otras partes de la región.

La población de rinocerontes del Delta del Okavango es la más afectada por la caza, con 25 rinocerontes saqueados entre diciembre y principios de mayo, según cifras del Gobierno, mientras los cazadores furtivos aprovechan la ausencia de turistas de safari durante la pandemia.

Eso se compara con un total de 31 rinocerontes cazados furtivamente desde octubre de 2018 hasta diciembre del año pasado.

“Tanto el rinoceronte blanco como el rinoceronte negro se han visto gravemente afectados, lo que exige la reubicación de los rinocerontes negros en peligro de extinción (y) la intensificación de la vigilancia”, dijo el Departamento.

Más contenido de esta sección
Las hormigas ganan a los humanos como experimentadas “agricultoras": Según un estudio recogido este jueves en la revista Science, llevan cultivando sus propios alimentos desde hace 66 millones de años, mucho antes de que el hombre evolucionara como especie.
Los humanos ralentizan el habla cuando se dirigen a sus perros porque el ritmo más lento se adapta a la capacidad receptiva del animal, lo que permite que entiendan mejor las órdenes.
Un ejemplar de margay, un felino de bosques tropicales y subtropicales de América, fue rescatado por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) cuando escapaba de una jauría de perros en el distrito de Yauyos, en la andina región de Junín, en el centro de Perú, según informó la entidad pública.
Toto, Santiago y Mosa, tres jaguares de entre 6 y 13 años de edad sobrevivientes del tráfico de fauna silvestre, encontraron su nuevo hogar en el Bioparque Municipal de La Paz, al que fueron derivados tras un incidente en el centro de custodia en el oriente del país donde estuvieron hasta hace unas semanas.
Un automovilista que circulaba por la ruta PY22 rescató a un tiríka que se encontraba postrado al costado de la carretera, a la altura del puente sobre Tagatiyami, Departamento de Concepción, con evidentes signos de haber sido herido por un arma de fuego.
Un grupo de investigadores descubrió una nueva especie de quimera o tiburón fantasma, un pez cartilaginoso emparentado con los escualos y las rayas que vive en las profundidades marinas, a más de mil kilómetros de las costas del este de Nueva Zelanda, anunciaron este martes fuentes científicas.