09 ago. 2025

Inspirados en papa Francisco, ofrecen un almuerzo a desplazados por el río

Solidario. Más de 600 personas afectadas por la crecida participaron del almuerzo.

Solidario. Más de 600 personas afectadas por la crecida participaron del almuerzo.

Bajo el lema Este pobre gritó y el Señor lo escuchó, más de 600 personas, entre adultos y niños, participaron ayer del almuerzo que la parroquia Virgen del Rosario del barrio Sajonia, de Asunción, ofreció a las familias en el marco de la II Jornada Mundial de los Pobres.

El polideportivo de la parroquia se llenó de comensales. Los principales invitados fueron familias desplazadas por la crecida del río Paraguay y que viven en la jurisdicción parroquial, en la zona del puerto, en los distintos refugios y campamentos.

Ricardo González, coordinador de la Pastoral Social Arquidiocesana, comentó que la Arquidiócesis de Asunción instó a las parroquias a realizar algún gesto solidario por la Jornada Mundial de los Pobres, que es impulsado por el papa Francisco.

Son muchas las iniciativas que realizan las parroquias y algunas vienen desarrollándose todo el año, pero en la parroquia Virgen del Rosario se decidió apoyar a los compatriotas que hoy necesitan sentirse acompañados por la Iglesia más que nunca.

“Nos pareció oportuno organizar este encuentro, que no es solo de almuerzo, sino de cercanía porque además de sentarnos juntos en la mesa, los servidores de la pastoral ofrecen peluquería y otros tipos de asistencia”, comentó Ricardo González.

El menú de la jornada fue pollo al horno con ensalada de arroz. Casi la mitad de los comensales fueron niños que habitualmente almuerzan en el centro comunitario de la parroquia.

Monseñor Edmundo Valenzuela Mellid, arzobispo de Asunción, acompañó a las familias y resaltó que el objetivo principal de este encuentro es lograr esa cercanía entre todos los miembros de la comunidad.

La Jornada Mundial de los Pobres es un gesto impulsado por el propio papa Francisco desde el año pasado para esti-mular a los creyentes a realizar acciones solidarias y compartir con los más necesitados.

“Nadie puede sentirse excluido del amor del Padre, especialmente, en un mundo que con frecuencia pone la riqueza como primer objetivo y hace que las personas se encierren en sí mismas”, dice el mensaje el Pontífice para esta jornada.