18 abr. 2024

Industria de la sextorsión recaudó G. 1.000 millones en solo dos años

Una nueva integrante de una estructura que opera desde la cárcel de Encarnación fue detenida. La mujer seducía supuestamente a hombres en las redes sociales para conseguir sus fotos íntimas.

Una joven identificada como Liza Noemí Campuzano (19) fue detenida por ser supuesta colaboradora de una red de sextorsión que operaba desde el Centro de Rehabilitación Social (Cereso), de Encarnación, y que en menos de dos años recaudó G. 1.000 millones, sostuvieron.

El caso tiene vinculación con la operación Jetypeka, desarrollada el año pasado.

Según un trabajo de investigación de casi un año, se descubrió que la mujer es pareja sentimental de uno de los reclusos del Cereso. Se había hecho un análisis forense, es decir, una trazabilidad de mensajes de los teléfonos incautados en las penitenciarías el año pasado.

“Ella enviaba fotos íntimas (de otros) a su novio y su novio, en compañía de una persona previamente identificada como el cerebro de esta estructura, es la que utilizaba (las imágenes) para hacer las extorsiones”, detalló ayer en conferencia de prensa el comisario Nimio Cardozo, jefe Antisecuestros de la Policía.

La estructura cuenta con más de diez integrantes, aseguraron, ya que “hay quienes realizan las llamadas, quienes hacen el trabajo de inteligencia propiamente dicha en las redes sociales, los que cobran, los que se hacen pasar por madres”, dijo Cardozo.

Este caso en particular no utilizan el esquema habitual de sextorsión, en el que generalmente se utilizan imágenes bajadas de internet o que se intercambian fotos de este tipo. “Es la primera vez que llegamos presencialmente a capturar a la persona que se dedicaba a hacer las fotos y videos que posteriormente se enviaban a las cárceles y de las cárceles se hacían las extorsiones”, explicó el comisario.

Los reclusos desde el Cereso empezaban a extorsionar a las personas con las imágenes íntimas, alegando que eran madres de las jóvenes a quienes supuestamente las enviaron y que los iban a denunciar. Mostraban fotos de documentos que eran de la Policía o el Ministerio Público supuestamente.

“Los documentos no tenían ni la mínima similitud con los documentos originales de denuncias de la policía y Fiscalía. Encontramos inclusive en los celulares de estas personas logos de comunicación, fotografías de policías, de fiscales, que utilizaban para hacer la extorsión un poco dura”, señaló el comisario.

DENUNCIAS. La Policía Nacional cuantificó al menos 82 denuncias el año pasado. La mayoría de las víctimas son mayores de edad y la franja etaria en muchas de las denuncias son de 30 años para arriba.

Desde el Departamento de Antisecuestros explicaron que en los ocho primeros meses, esta estructura se quedó con más de G., 800 millones.

Las personas que integraban el esquema extorsionaban con montos desde 300.000 hasta G. 15 millones, como mínimo.

Ahora los intervinientes esperan que las telefónicas envíen el reporte de las billeteras electrónicas que están recibiendo giros, para conocer el monto real de recaudación.


Dos reclusos
El 27 mayo del año pasado, agentes del Ministerio Público y la Policía Antisecuestro, en el operativo Jetypeka, descubrieron a siete personas –dos de ellas reclusos del penal– que integraban la red que llegó a mover más de G. 200 millones en plena cuarentena.Según investigaciones, mujeres familiares de los internos eran las que cobraban los giros, confeccionaban documentaciones falsas y hacían las llamadas de extorsión. Esta red lideraban desde la cárcel los reclusos Tomás de la Cruz Sosa y José Martínez.


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