Wilson Ferreira
ALTO PARANÁ
En la Sala de Urgencias, el número de pacientes ha superado ampliamente la capacidad de camas, que es de solo seis para internación. La Dra. Andrea Giménez, directora del hospital, explicó que los pacientes, como el anciano de 97 años, no son dados de alta debido a la falta de espacio y la gravedad de sus condiciones. Este hombre, diagnosticado con urosepsis e insuficiencia renal crónica, lleva internado desde el jueves pasado y aún no tiene una cama disponible para continuar su tratamiento de manera digna. “Él es un paciente muy mayor, tiene 97 años, y está en Urgencias desde el jueves. Ha pasado ya cinco días esperando, y no tiene un lugar adecuado para recibir la atención que necesita. Lamentablemente, nuestro hospital solo tiene seis camas para este tipo de pacientes, y no podemos ofrecerles un lugar adecuado”, explicó Giménez.
La saturación es tan grave que hay pacientes en camillas, en los pasillos del hospital, esperando ser atendidos. Lo que hace aún más difícil la situación es la falta de espacio. La Dra. Giménez aclaró que la hospitalización de estos pacientes no se trata simplemente de un “lugar vacío” al que se les pueda trasladar; es un proceso complejo que depende de la gravedad del paciente y de la disponibilidad de recursos. “Cuando liberamos una cama, el siguiente paciente en entrar es el que lleva más tiempo esperando. Pero no podemos mover a un paciente a casa sin que haya un criterio médico que lo respalde”, dijo.
Desesperante. El fin de semana, el hospital tenía siete pacientes internados en Urgencias, pero solo dos pacientes fueron dados de alta, dejando aún a otros en condiciones precarias. Esta situación ha dejado a médicos y pacientes atrapados en un ciclo de espera desesperante.
Una de las opciones planteadas fue la posibilidad de trasladar a los pacientes a hospitales periféricos, como el del distrito de Juan Emilio O’Leary (distante a 80 kilómetros), pero los familiares, en su mayoría de escasos recursos, rechazan esta alternativa debido a la lejanía del centro médico. “Ofrecimos una cama en O’Leary, pero los familiares no quisieron por la distancia”, comentó la Dra. Giménez.
A pesar de las gestiones por parte del personal médico, la situación no parece mejorar. Los pacientes continúan esperando en condiciones precarias, y la falta de camas y recursos humanos ha hecho que el hospital colapse. La Dra. Giménez subrayó que el Ministerio de Salud no tiene acuerdos con hospitales privados para este tipo de emergencias, lo que deja a muchos pacientes sin opciones viables de atención.
Los pacientes con enfermedades respiratorias han aumentado considerablemente en los últimos días, y la temporada de influenza está empeorando la crisis. La mayoría de los pacientes que ingresan tienen cuadros respiratorios, lo que sobrecarga trabajo en un hospital ya desbordado.