23 sept. 2025

“Hay condiciones para dar un salto de calidad en términos de desarrollo”

CRECIMIENTO. El titular de la banca matriz señala que hay mayor sesgo hacia el alza que a la baja.
REFORMAS. Es necesario generar atractivo para estar en consideración de capital de alta calidad.

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Si es que se sigue la línea, digamos, a lo largo de varios gobiernos, nuestro futuro luce fantástico

@GABYYPALMA

En un escenario en el que la economía paraguaya busca consolidar su ritmo de crecimiento sin descuidar los riesgos inflacionarios ni las tensiones externas, el presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), Carlos Carvallo Spalding, ofrece una mirada detallada sobre los principales desafíos y prioridades de la política económica. En esta conversación, profundiza en las proyecciones de crecimiento y analiza la evolución del tipo de cambio del dólar en un contexto global volátil. Además, destaca las reformas financieras en curso y las medidas orientadas a fortalecer la resiliencia del sistema, subrayando la importancia de preservar las políticas macroeconómicas como condición esencial para el desarrollo sostenido del país.

–¿Qué factores están impulsando el dinamismo en la economía y cuáles podrían ser un riesgo a la baja de este año?

–La última corrección que hicimos en la proyección de crecimiento fue de 4,4% del PIB. Ese es nuestro último dato. Hay que considerar también que, en realidad, lo que tuvimos a lo largo de este año fueron sorpresas, y sorpresas positivas. La primera fue el dato que vino en el PIB trimestral. Allí tuvimos un número muy por encima de lo que estimábamos que iba a crecer el producto en ese periodo. Tuvimos un crecimiento del PIB trimestral de 5,9%, y un crecimiento sin agricultura y binacionales prácticamente de 7%. Allí eso nos llevó a reponderar y volvimos a correr los modelos en general y a evaluar los datos que ya teníamos a ese periodo y estimamos un crecimiento del 4%. La economía siguió siendo muy dinámica a lo largo de este primer semestre y el último dato que tenemos del IMAEP es un crecimiento del 5,2% acumulado, más de 6% interanual. Los datos interanuales también vienen muy fuertes. La consideración es que no es un crecimiento que uno pueda localizar en algún sector en particular. O sea, no es que algún sector recibió algún shock positivo específico que lo hace crecer en condiciones muy elevadas, sino que es un crecimiento muy sincronizado. Todos los sectores crecen, inclusive la agricultura en muy menor medida, pero de alguna forma contribuye al crecimiento. Entonces, todos los sectores crecen en forma positiva, pero gran parte del crecimiento está sustentado en el comportamiento de la industria y los servicios. Es decir, tenemos un crecimiento bastante virtuoso en ese sentido. Todo eso nos llevó a reconsiderar nuestra proyección a 4,4%. Y bueno, tenemos una próxima revisión después en octubre y habrá que ver si los indicadores siguen estando fuertes y eventualmente tendríamos que revisar. En términos de riesgo, pues yo creo que, si nosotros nos paramos hoy con los datos que tenemos hasta junio del IMAEP, yo diría que, completado medio año, el sesgo es hacia el alza y no hacia la baja. Por lo tanto, no vemos un riesgo específico que pueda de alguna manera afectar el crecimiento de aquí a fin de año, aunque las sorpresas en este mundo tan incierto y volátil son cosas frecuentes y de todos los días. Así que hoy nuestra proyección de crecimiento es un 4,4% a fin de año.

–¿Cómo evalúa el Banco Central el equilibrio entre sostener el crecimiento y mantener también la inflación?

–Nuestro rol es el control de la inflación. Nuestro objetivo es mantener una inflación baja y estable. Nosotros, a diferencia de otros bancos centrales, sobre todo de países desarrollados, no tenemos doble objetivo. Entonces, no tenemos que equilibrar nada ni tenemos que decidir si nuestra política monetaria va a ser procrecimiento o va a ser, básicamente, control de la inflación. Nosotros tenemos un solo objetivo, que es mantener una inflación controlada. Entonces, ese es el rol del Banco Central, el rol de la política monetaria y ese es nuestro objetivo, básicamente. Lo que es interesante de mencionar, en ese sentido, es que nosotros estamos viendo una economía muy dinámica, con una inflación controlada y políticas macroeconómicas recalibradas. Tenemos una política fiscal que ya está muy cerca de la ley de responsabilidad, tenemos una política monetaria que está en zona neutral, es decir, las políticas macroeconómicas no están incidiendo en ninguno de los sentidos respecto a la dinámica de la actividad económica, porque están en equilibrio hoy en día, no son ni expansivas, ni son contractivas. ¿Y eso por qué? Porque entendemos que el crecimiento económico en este momento todavía no es un crecimiento económico que esté por encima de las capacidades del país y ya llevamos tres años de crecimiento por encima del 4% con inflación controlada, por lo que no hay un sesgo proinflacionario del crecimiento económico. No vemos un impacto de ese dinamismo sobre la inflación y ya es el segundo año que estamos creciendo por factores internos. Entonces, no vemos que haya un impacto sobre la inflación, por el contrario, creemos que la inflación está muy bien comportada.

–Con la economía regional con mucha incertidumbre, ¿qué margen de maniobra tiene la política monetaria para sostener esta debilidad?

–Estamos acostumbrados a convivir con una volatilidad en la región, ahora tenemos que convivir también con una volatilidad y mayor incertidumbre en el mundo, pero yo creo que nosotros construimos antídotos para lidiar con eso. Uno es el hecho de tener políticas económicas creíbles. Y me refiero ya a tu pregunta específica, que básicamente es la política monetaria, nosotros tenemos una política monetaria que es una de las más creíbles y una de las más efectivas en la región. Y nadie tiene por qué creerle al presidente del Banco Central, entonces te voy a dar alguna evidencia para sostener eso. Desde el punto de vista de la efectividad de la política monetaria, año 2022, año de choques, un choque global, homogéneo para todos los países y severo. Todos los países enfrentamos la misma característica del choque, que es la pandemia. Entonces, todas las políticas macroeconómicas reaccionaron en la misma dirección. Eso permite hacer análisis comparado. Fuimos el primer país en la región que bajamos la tasa de política monetaria 375 puntos básicos en tres meses para generar un impacto contracíclico en la economía. Era lo que había que hacer, todos hicieron eso, nosotros fuimos los primeros. Después vino el problema de la inflación, que fue un problema global, todos los países tuvieron ese nivel de inflación, por lo tanto, todos tuvieron sincronizadamente un rol para la política monetaria, porque si bien era un choque transitorio, sabíamos que era un choque que iba a tardar en dar la vuelta, que tenía cierto nivel de persistencia, entonces había un rol para la política monetaria. Y en nuestro caso en particular, nosotros tuvimos una inflación de arriba del 12% en el primer trimestre del 2022, y todos los países tuvieron inflaciones de dos dígitos en ese periodo en la región. Nuestro país fue el país que menos tuvo que subir, junto con Perú, su tasa de política monetaria para ver efectos sobre una convergencia de la inflación hacia niveles cercanos a la meta. Y la inflación respondió rápidamente. Nosotros alzamos nuestra tasa de política monetaria solo hasta 8,5%, la mayoría de los países lo tiene que hacer en dos dígitos, Brasil hasta ahora sigue en dos dígitos su tasa de política monetaria. Entonces, cuando uno tiene políticas económicas que tienen colchón para hacerlo, que parten de una situación de equilibrio cuando ocurre un shock, pero además son creíbles y son eficaces, yo creo que eso es un elemento demasiado importante para la economía en términos de contrarrestar eventuales contagios o shocks que pueden venir.

–El dólar sorprendió este año con una depreciación ya cerca del 8%, decían algunos. ¿Cuál es la perspectiva del BCP sobre la evolución del tipo de cambio de lo que queda?

–Como presidente de Banco Central, así como todos mis colegas en el Banco Central, huyo a una respuesta de esa naturaleza. Si yo fuera analista económico, como fui una parte de mi vida, sería un aventurero si lograra predecir un precio del dólar, y como Banco Central sí que sería un pecado. ¿Por qué? Porque el tipo de cambio es un precio muy difícil de predecir, está sujeto a muchas variables, responde mucho a cuestiones de expectativas y a sorpresas que puedan ocurrir en la economía, y es el trabajo mucho más difícil en un contexto como el que estamos viviendo actualmente, donde de alguna manera uno se despierta con una política económica y duerme con otra. Pero hay elementos, digamos, que tienen que ver con cuestiones vinculadas a información de lo que está sucediendo en los mercados internacionales. El tipo de cambio este año tuvo un comportamiento atípico en algún momento del tiempo. Por otro lado, lo que más nos sorprendía eran los vaticinios de ciertos analistas que decían que el dólar iba a estar en G. 8.500. Y, de alguna forma, todo ese desorden probablemente condujo a un comportamiento inadecuado de algunos agentes económicos en el mercado, que en el legítimo afán de hacer arbitraje en el mercado de cambio y obtener ganancias extraordinarias sobre una expectativa de tipo de cambio muy elevada para el futuro, se posicionaron fuertemente en dólares y eso provocó un desalineamiento muy importante del tipo de cambio y sus expectativas. Entonces, cuando eso ocurre, el Banco Central tiene que corregir el mercado, no para alterar la tendencia cambiaria, sino para que esta tendencia esté alineada con los fundamentos de la economía y el mercado, y los mercados internacionales, o sea, que sea un precio de mercado, básicamente. Para nosotros, tener un tipo de cambio que se ajuste por incidencia del funcionamiento de los mercados es algo que es esencial para el buen funcionamiento de los mercados.

–El BCP impulsa actualizaciones y reformas al sistema de pago, del mercado de valores y seguros. Con ello, ¿qué impacto esperan que tenga en la eficiencia y en la seguridad del sistema financiero?

–Mucho. El BCP se ha destacado, en general, a lo largo de este tiempo en construir una fortaleza institucional muy importante, de impulsar mejoras continuas en sus políticas en general, dentro de lo que es su rol, que es mantener una inflación baja y estable y un sistema financiero estable, íntegro y eficiente. Y nosotros entendemos que en eso nos enmarcamos, en general, en una directriz de política económica que nos excede también un poco a nosotros y que tiene básicamente niveles de coordinación muy altos con el Ministerio de Economía y dentro del equipo económico. Nosotros entendemos que las condiciones necesarias para dar un salto de calidad en términos de desarrollo socioeconómico están dadas en el país: Son sólidas, están sustentadas, digamos, conceptualmente y también empíricamente, pues, lo que dije, la política macroeconómica ha demostrado su eficacia a lo largo del tiempo y de alguna forma están reconocidas también, no sólo aquí, sino que sobre todo a nivel internacional. Paraguay se destaca por su fortaleza macroeconómica, por su estabilidad, por su consistencia, condiciones necesarias, que de alguna forma están dadas. Entonces, yo creo que hay cierta coincidencia en que tenemos que empezar a dar saltos hacia otros niveles de decisión económica y eso tiene que ver con reformas, porque las políticas macroeconómicas y la estabilidad nos llevaron hasta el grado de inversión. Ahora la pregunta es, una vez que tenemos el grado de inversión, cómo generamos el atractivo, que la gente nos empieza a mirar diferente, que entramos en la consideración de ese porcentaje de capital de alta calidad que se mueve entre países de grado de inversión, la pregunta es: ¿ahora qué le ofrecemos? Entonces, yo creo que ahí es donde las reformas son importantes, porque esos capitales en general requieren de mercados que funcionen a niveles de calidad de países que tienen ya hace algún tiempo grado de inversión. Probablemente, este Gobierno no capitalice los frutos de todas esas reformas. Pero el futuro del país con las reformas que se hicieron, estas que te estoy mencionando, todas las más de 30 reformas que se hicieron en el ámbito económico y los incentivos, más el grado de inversión, que yo no tengo dudas de que vamos a ir sumando otras calificadoras, probablemente en el tiempo, y si es que se sigue la línea, digamos, a lo largo de varios gobiernos, nuestro futuro luce fantástico.

Nuestro objetivo es mantener una inflación baja y estable. Nosotros, a diferencia de otros bancos centrales, no tenemos doble objetivo.

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