El Centro de Justicia de Leoben, en Austria, tiene celdas individuales y cada una cuenta con balcón, televisión, muebles tpizados y escritorios. El edificio cuenta con un gimnasio completo y una cancha de baloncesto.
En Noruega en cambio está la primera “prisión ecológica” del mundo. Los detenidos, unos 115, están casi en libertad por el recinto. La curiosidad es que viven en casas de madera y tienen su propia llave.
Según infobae.com, no hay guardias armados. Los reclusos pueden cumplir parte de su condena en ese lugar y al estar allí deben trabajar como granjeros. Cuenta con canchas de fútbol, baloncesto y tenis. Además tiene sauna también.
En América, Venezuela tiene un penal que más bien parece un resort, el San Antonio. Está ubicado en la Isla Margarita y sus reclusos se “autogobiernan”. Tienen fiestas con strippers, baños en piscina, juegos de pool, y riñas de gallo, entre otras actividades.
Además los internos pueden consumir drogas sin que tengan que comerse una sanción.
El caso de Bolivia es distinto. La prisión San Pedro parecía una mini ciudad ya que contaba con restaurantes, servicios de lavandería y otras más que realizaban los propios presidiarios.
El Penal de Tacumbú en cambio está hacinado de internos. Desde este 2014, la ministra de Justicia, Sheila Abed, decretó que ya no se admitan presos. Entonces aquellos a quienes son privados de su libertad van hasta Emboscada o al interior.
Sin embargo, hay quienes gozan de ciertos privilegios como aire acondicionado y servicio de televisión por cable.