Cultivos de plantas ornamentales y el montaje de una cascada de agua, en la parte posterior de la Basílica de Caacupé, conforman las mejoras realizadas en el entorno del templo mayor de la Virgen de Caacupé, con miras a las festividades del 8 de diciembre. Los canteros con coloridas flores y plantas de palmeras otorgan un ambiente más acogedor para la gente que se llega hasta la Basílica. La cascada en la parte posterior es el centro principal de la atención de los devotos de la Virgen, constituyéndose en un elemento de recreación y de sosiego. En la parte alta de esta cascada se halla incrustada una imagen de la Virgen de Caacupé, y desde su base también fluye el agua así como a través de dos cántaros a los costados, salpicando con el agua y dando frescor a los feligreses. (D.B.F.)