Desde septiembre se ha puesto en marcha la “Operación Fénix” en diferentes puntos del país para borrar las pintas de la Mara Salvatrucha y el Barrio 18. Hoy, una treintena de agentes y una decena de niños llegaron a la colonia El Búcaro, en la zona 12 del municipio capitalino de Villa Nueva.
Ayudados por brochas, rodillos y por sus propias manos, el grupo empezó a borrar las huellas de la cultura de la violencia que llevó luto y dolor a comunidades afligidas por la incidencia de las dos maras, para luego pintar mensajes y figuras alusivas a la paz como “Yo amo la paz” o “Yo amo la vida”.
Los grafitis son para las pandillas una marca del control de territorio, según explicó a Efe el portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC), Jorge Aguilar, por lo que borrarlos no solo devuelve el espacio a la ciudadanía sino que también es un manifiesto de la inoperatividad de la banda que se mantenía en el lugar.
Para comprobar que no vuelvan a tomar el área, los agentes también revisan una por una las viviendas en las que los pandilleros tenían sus centros de operaciones, para que no las vuelvan a tomar de nuevo.
Pero el objetivo también es, agregó Aguilar, evitar que más niños y jóvenes se unan a las maras eliminando mensajes violentos y zapatillas en los cableados eléctricos, y decirle a la gente, y sobre todo a las pandillas, que los barrios, las colonias y las calles “son de los guatemaltecos”.
La “Operación Fénix” no solo borra las pintadas, sino que incluye una serie de programas para acabar con esta lacra, como acercar a los agentes a la sociedad para que denuncie actos ilícitos, y explicarles a los niños en las escuelas las consecuencias de unirse a la violencia.
Todo esto se enmarca, agregó, dentro del Modelo Policial de Seguridad Integral Comunitaria, cuyo fin es brindar un servicio de calidad, fundamentado en la atención oportuna y efectiva a las demandas de seguridad y convivencia ciudadana.
Los fondos para borrar las pintadas no son solo de la institución policial o de los entes gubernamentales, sino también de gente anónima y de organizaciones sociales que aportan su grano de arena para la prevención de esta lacra, abundó Aguilar, con mensajes “angelizados”.
Guatemala es uno de los países más violentos del mundo. A diario se cometen 16 homicidios y según las propias autoridades la mayoría son perpetrados por las pandillas y el narcotráfico, dos flagelos que afectan al país.