Si miramos varios países de la región, vemos que el volumen del ahorro depositado en sus mercados de capitales se aproxima al valor de su Producto Bruto. En el caso de Paraguay, estaríamos en USD 43.389 millones y nuestro Ministro Carlos Gustavo Fernández Valdovinos estima que pronto llegaremos a los USD 50.000 millones, muy lejos del volumen total de operaciones en Bolsa USD 6.564 millones en 2024. Entonces cabe preguntarnos: ¿Por qué las empresas medianas y grandes del país no se financian en la Bolsa de Asunción (BVA)? De los 500 mayores contribuyentes fiscales en la DNIT, solo unas 40 empresas están listadas en la Bolsa con bonos o acciones.
Si, querido lector, menos del 10% de los mayores aportantes del país participa del mercado bursátil y el movimiento de la bolsa apenas supera el 10% de nuestra economía. Tenemos un número significativo de empresas grandes, pero muy pocas cotizan en la Bolsa. Aunque la BVA tiene actualmente 165 entidades registradas como emisoras –incluidas las municipalidades y fondos de inversión– lo cierto es que la mayoría de las empresas privadas no quieren, no pueden o no saben acceder al mercado de capitales. Una desconexión entre dos mundos que deberían estar más alineados, especialmente cuando celebramos el primer año de reconocimiento de Grado de Inversión otorgado por Moody’s el 26 de julio de 2024, lo que atrae la mirada de inversores profesionales de otras latitudes.
Si una empresa no está listada en su país, tiene muy pocas chances de fondearse en el exterior. Por el contrario, todas las empresas de Paraguay que se fondearon en el exterior en los últimos años tenían ya experiencia en el mercado local de títulos valores. Coincidencia? Claro que no.
Si asumimos un margen de utilidad del 8%, entonces las ventas serían unas 12,5 veces más que el impuesto registrado en la DNIT. O sea, una empresa que paga G. 3.780 millones en impuestos asumimos que está vendiendo más de G. 472.500 millones al año (unos USD 64 millones). Estos volúmenes de ventas, calculados en abstracto, nos lleva a pensar que empresas Paraguayas necesitan millones en capital de giro e inversiones de largo plazo. Los mayores contribuyentes del país tienen tamaño, estructura y rentabilidad suficientes como para financiarse en el mercado de capitales. ¿Qué mejor lugar para buscar ese financiamiento que abriéndose a los inversores locales?
¿Cuáles podrían ser las razones para no salir al mercado? Te puedo asegurar que no son ni la Bolsa ni los reguladores (hoy día el Banco Central, Superintendencia de Valores). Algunas razones se repiten en mis conversaciones con accionistas y gerentes: tratar con líneas de crédito de bancos es “más fácil”, mejor mantener todo “puertas adentro” y no divulgar, y el infaltable “es mucho trabajo!”.
Cotizar en bolsa requiere mostrar los números trimestralmente, tener auditores de primera línea, someterse a regulaciones. No todos saben, quieren o pueden hacerlo. Pero este comportamiento es lo que piden los inversores para invertir en cualquier empresa. Abrir el capital en el país, es al mismo tiempo abrir la empresa a la posibilidad de atraer las famosas “inversiones del exterior”.
Paraguay tiene un enorme potencial para desarrollar su mercado de capitales, y tiene una Bolsa sana, económica y eficiente. Las empresas grandes existen, están bien armadas, son rentables, y cumplen con el fisco. Lo que falta es dar el siguiente paso: Usar la Bolsa como una herramienta de expansión, no solo para financiarse, sino también para profesionalizarse aún más y abrir nuevas puertas hacia el mundo en un futuro cercano. ¡Animarse es crecer!