13 may. 2024

Génesis de un encuentro multiétnico

Si bien como 3.000 europeos llegaron a los países del Río de la Plata en los inicios de la colonia, no hubo una afluencia significativa de españoles en Paraguay.

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La conquista fue una empresa fundamentalmente militar para imponer no solo el poder español en América, sino también patrones culturales, económicos, sociales, políticos y religiosos.

  • María Victoria Benítez Martínez
  • Université de Paris

Se estima la presencia de 300 a 400 españoles entre 1550 y 1575.

El porcentaje de mujeres españolas durante la conquista no superó el 10%, y este porcentaje fue menor en Paraguay, donde las primeras mujeres de Europa llegaron en 1542 (M. Mörner). De esa fecha a finales de 1571 el flujo sería de entre 30 y 70 españolas en Asunción. (B. Potthast – «Paraíso de Mahoma»…).

Los españoles que se encontraban en Asunción eran casi todos encomenderos. Los indígenas capturados eran distribuídos a los encomenderos a quienes se les «encomendaba» para que ellos se ocupen de la enseñanza de la doctrina cristiana y de su protección. Aunque el indígena era un «vasallo libre» debía pagar un tributo, lo que era imposible porque no tenía dinero, asi estaba obligado por su deuda a servir. (Rubén Bareiro Saguier «Le Paraguay : Nation de métis»).

En Paraguay, durante el periodo colonial, la población indígena estaba formada por diferentes pueblos, entre ellos los payaguás, los abipones, los guaycurús. Estos últimos, indígenas del Chaco, vivían de forma aislada.

La conquista fue una empresa fundamentalmente militar para imponer no solo el poder español en América, sino también patrones culturales, económicos, sociales, políticos y religiosos. Desde el punto de vista de las relaciones interétnicas, la sociedad paraguaya estaba dividida entre dos universos culturales, español/indígena. (P. Domingo, «Naissance d’une société métisse: Aspects socioéconomiques du Paraguay de la conquête à travers les dossiers testamentaires»).

A partir de 1556, los españoles constituyeron una parte importante de los habitantes, junto con los descendientes de los criollos (descendientes de españoles nacidos en Paraguay) por otro lado, la población del país siguió aumentando con los mestizos. El Paraguay podría considerarse autógeno, en el sentido de que los «mancebos de la tierra» contribuyeron mucho más que los europeos en su desarrollo demográfico y territorial.

Doctor Francia

La situación matrimonial de Paraguay bajo el Gobierno del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia se rigió por directivas muy estrictas con relación al casamiento de europeos. El reglamento del 1 de julio de 1814 estipula que, siendo de interés de la nueva república de preservar su independencia y como medida necesaria de protegerse de los extranjeros prohibió bajo todos los aspectos el casamiento de europeos con las mujeres criollas o mestizas.

«Lo único que estaba autorizado para los europeos era contraer matrimonio con los autóctonos de los pueblos, con las pardas o mulatas y con las negras» (artículo 6).

Si el europeo infringe la regla será expuesto a una pena de 10 años de prisión y la confiscación de sus bienes. Luego de su liberación, el gobierno se reserva el derecho de decidir la suerte del individu. La misma pena será aplicada al eclesiástico y luego será expulsado del país. El juez de Paz también tendrá la pena con la confiscación de sus bienes. Los europeos no pueden ser padrino de bautismo, de casamiento o de confirmación, ni asistir a los casamientos, bajo la pena de confiscación de sus bienes, solo si el europeo es el padre.

Carlos Antonio López

En el siglo XIX, con los movimientos independentistas y el nacimiento de las nuevas repúblicas de las que se excluyó a los pueblos amerindios, se impuso el pensamiento liberal con todo su racionalismo y filosofía del progreso. Esto permitió un proceso de desarrollo y crecimiento pero a costa de los pueblos indígenas. Un profundo cambio en la situación de los indígenas asimilados y sus descendientes se produjo con el decreto firmado bajo del Gobierno de Carlos A. López.

El decreto del 7 de octubre de 1848, ratificó cambios radicales en el estatus de las comunidades indígenas al expropiarlas de sus tierras.

El decreto expropió tierras de veintiún pueblos indígenas en beneficio del Estado, declarando ciudadanos libres a los naturales de la república. El artículo 11 del decreto estipula: «Son declaradas propiedades del Estado los bienes, derechos y acciones de veintiún pueblos de naturales de la República» : Pueblos fundados entre los siglos XVI, XVII y XVIII : Ypané, Guarambaré, Itá, Yaguarón, Atyrá, Altos, Tobatí, Itapé, Caazapá, Yuty, Belén, San Estanislao, San Joaquin, Santa María, Santa Rosa, San Ignacio, Santiago, San Cosme, Trinidad, Jesús, Carmen y de la antigua comunidad de Encarnación. Diez de estos pueblos fueron fundados por los Españoles o por los Padres Franciscanos, y once son de creación de los Padres Jesuitas, describe Bartomeu Meliá.

Esta apropiación de las tierras indígenas no solo transformó su modo de vida y subsistencia, sino que también influyó en su vida comunitaria. Los indígenas fueron progresivamente invisibilizados, pero la mayor parte de la población hablaba la lengua guaraní.

Con la idea de abrir el Paraguay al mundo, el presidente Carlos A. López incentivó la inmigración europea por la supuesta «calidad civilizadora» que podría aportar al país. De esta manera, organizar la inmigración europea fue crucial a fin de satisfacer la necesidad de la mano de obra para el trabajo de la tierra. Si la población paraguaya es mestiza desde la época de la colonia, este proceso se prosiguió, amplificó y diversificó con las políticas migratorias desde el siglo XIX.

Siglo XX

El inicio del siglo XX abrió las puertas del Paraguay moderno: Un cambio social es aportado por los inmigrantes. En el transcurso de este periodo, otras nacionalidades, que la española, vienen a alimentar la expansión del flujo de la inmigración.

Los casamientos –uniones mixtas– entre inmigrantes de diversas nacionalidades o entre inmigrantes y paraguayas fueron cada vez más frecuentes a lo largo del periodo. Los inmigrantes eran esencialmente hombres solteros; un gran número de entre ellos y más aún los descendientes se casaron y, amenudo con mujeres paraguayas, lo que, incontestablemente revela el enraizamiento y la inserción en la sociedad.

Estas uniones contribuyeron por cierto a que los inmigrantes se instalen definitivamente en el país con la formación de su propia familia, lo que sin duda favoreció a la integración.

Las uniones permiten confirmar el desequilibrio entre los sexos, especialmente con la concentración de hombres con relación a las mujeres. La población de hombres superior a las mujeres se explica por el hecho de que el gobierno paraguayo privilegió la inmigración del sexo masculino para el trabajo de la tierra en las colonias creadas para este fin. Con excepción sin embargo, de grupos de familias con hijos donde había mujeres viudas.

Según Donna Gabaccia, uno de los factores de la limitación del desplazamiento en la migración de las mujeres, resultó de las restricciones de la ley migratoria impuesta por los países, lo que afectó la disminución de la emigración femenina hacia finales del siglo XIX. («Genre et migrations dans les études atlantiques de 1500 à nos jours»).

Por su parte, N. Green, explica, que se constató históricamente hablando, que la «feminización» de la inmigración en los Estados-Unidos tuvo lugar en los años 1930, cuando el número de mujeres que llegaron al país sobrepasaba la de los hombres («Gender and Migration: History and Historiography»). La historiadora española B. Sánchez Alonso señala que la emigración de mujeres españolas aumentó después de 1914 en Argentina, mientras que, en Brasil, 45% de inmigrantes son mujeres españolas. Esto puede ser explicado por el hecho de que, el gobierno brasileño instaló un programa de ayuda durable, más del 70% de los inmigrantes llegaron con pasajes gratuito en barco en 1911. («Those Who Let and Those Who Stayed behind: Explaining Emigration from the Regions of Spain, 1880-1914»).

El sistema de pasajes gratuito, fue implementado por el gobierno paraguayo en una época determinada, y con ciertos criterios para los inmigrantes provenientes de Europa o desde Argentina, hasta el puerto de Asunción. Esto formaba parte de las políticas públicas, introducir la mano de obra extranjera para el desarrollo del país.

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