La ministra británica del Interior, Priti Patel, argumentó que las restricciones que entrarán en vigor una vez termine la fase de transición del Brexit deben servir para que las firmas formen y contraten a más trabajadores británicos. El sector asistencial y la enfermería, la agricultura, la construcción y la hostelería, entre otros sectores en los que encuentran trabajo numerosos ciudadanos de la Unión Europea (UE) recién llegados al Reino Unido, temen las consecuencias de la nueva ley, que aprobaría el Gobierno en los próximos meses.
La legislación establecerá un sistema por puntos, por el cual solo se darán visados para residir en el país a obreros con un nivel de inglés acreditado y con una oferta de trabajo cualificada con un salario mínimo de 25.600 libras anuales (30.600 euros), entre otras condiciones. No habrá rutas migratorias previstas para personas que lleguen sin oferta laboral, o bien, que aspiren a trabajar como autónomos en el Reino Unido.
Con todo, el Gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson, dejó abierta la puerta a modificar los criterios por los que se otorgarán puntos a los aspirantes a un visado, en función de las necesidades del mercado laboral.
También relajó su definición de trabajador cualificado, que hasta ahora encuadraba con personas con un título universitario, pero que a partir de enero englobará a todos aquellos que superaron el bachillerato. Una vez el Reino Unido haya cortado todos sus lazos con la UE, a partir del 1 de enero de 2021, el sistema migratorio británico dejará de distinguir entre europeos y emigrantes de otras partes del mundo. EFE