En un texto bastante protocolar, la fiscala de los Estados Unidos para el distrito de Connecticut, Vanessa Roberts Avery, agradeció a la oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Estado de EEUU, al Servicio de Alguaciles y finalmente a la fiscala general de Paraguay, Sandra Quiñónez, además de su oficina por su ayuda con la extradición.
Desde la cuenta del Ministerio Público destacaron el hecho, en el marco de un pedido de juicio político contra la fiscala general del Estado, que continúa este lunes, a las 14:00, en la Cámara de Diputados.
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La Embajada de los Estados Unidos ya había agradecido el pasado viernes por el trabajo conjunto al Ministerio Público, como también a la Secretaría Nacional Antidrogas, el Departamento de Justicia y a la Fiscalía de Connecticut, tras la extradición.
El documento emitido por la fiscala de Connecticut describe que el mexicano Ronier Sánchez Alonso, de 46 años, es acusado de conspiración por tráfico de cocaína y será puesto a disposición ante el juez estadounidense Thomas O. Farrish en Hartford.
Como se alega en los documentos judiciales, Sánchez conspiró con otros para transportar aproximadamente 1.700 kilogramos de cocaína desde Sudamérica a los EEUU. El país norteamericano acusa al hombre de meter grandes volúmenes de cocaína a Estados Unidos.
El hombre no traficaba en avionetas como se da en nuestra región, sino que trabajaba para carteles mexicanos y colombianos, utilizando aviones tipo jet, que le permitían transportar entre 1.500 y 2.000 kilos por vuelo.
Su presencia en el país era con intenciones de comprar una aeronave tipo jet, la cual presumiblemente sería utilizada en el futuro para actividades ilícitas.
Pocos días después de aterrizar en Paraguay, el 22 de marzo, con documentos falsos, fue detenido en el barrio Mburucuyá de Asunción, mediante la transmisión de informaciones entre instituciones y agencias de seguridad a nivel nacional e internacional.