Al respecto, Elida Favole, directora de la Oficina Técnica de Género de la Fiscalía, habló –además de los pormenores de los últimos hechos– también del grave discurso que se está instalando entre los mismos funcionarios o autoridades que deben proteger a las mujeres. “La desconfianza hacia las mujeres que denuncian violencia es mucho más que una opinión equivocada, es la punta del iceberg de un sistema atravesado por prejuicios culturales y carencias educativas”, apuntó.
Explicó que las campañas contra la violencia de género suelen promover consignas, como “No estás sola” o “Denunciá, te vamos a creer”. Sin embargo, esto se contrapone con lemas como “hay que tener cuidado antes de creer” o que las mujeres “exageran”, que instalan los propios funcionarios públicos, alegando que las denuncias pueden ser falsas, lamentó.
Favole explicó que “cuando estos actores repiten la sospecha, la minimización o el descrédito hacia mujeres víctimas, el daño se multiplica”.
MINIMIZADAS. El reporte estadístico de la Fiscalía muestra que de los nueve casos de feminicidios, tres fueron “con ensañamiento”. En un caso la víctima fue descuartizada, y decapitada y, en otro caso la víctima sufrió golpes y además fue quemada por el agresor”.
Muchas de esas mujeres, estando vivas, denunciaron agresiones y amenazas, pero se minimizó y no se las pudo proteger y acabaron muertas.