“Ahora sí se hizo justicia por Katty. Lo tomamos bien, los 30 años era lo que nosotros queríamos”, dijo Johana Brítez, hermana de la víctima.
Entre lágrimas, y todavía conmovida por revivir la escena, la joven dijo que este debe ser un llamado para las chicas que están pasando por lo mismo, que tomen como ejemplo y salir al primer acto de violencia.
“No tengan miedo de denunciar, acudan a sus amistades, que esas red flags sean solo una y salgan de ahí”, afirmó.
Por otra parte, mencionó que este también es un mensaje “para los cobardes que arrebatan la vida de jóvenes mujeres”.
UN AÑO. A eso de las 07:00 de la mañana, del domingo 27 de agosto del 2023, tanto la hermana como el padre de Katia escucharon fuertes ruidos que les hicieron salir de la casa.
Allí vieron a un joven en un vehículo que estaba chocando a una joven contra el portón de la casa. Ya después, la víctima cayó y el auto empezó a pasarle encima, una y otra vez, pese a los gritos de los vecinos. Johana grabó la escena, pero no se imaginaba que la joven aplastada era su propia hermana.
Katia había ido a festejar su cumpleaños adelantado, pero no pudo regresar a casa viva. La joven murió a causa de múltiples fracturas en ambos brazos, pierna izquierda, tórax, pie y una parte del cráneo. Incluso, sus órganos internos explotaron.
Un año después y con el juicio terminado, Johana recordó esos momentos vividos y con la voz quebrada, dijo que nadie más le va a devolver a su hermana, pero que el culpable va a pagar en la cárcel. “Es doloroso, pero es gratificante también a la par”, expresó ante los medios.
JUICIO. Osvaldo Zaracho habló ayer ante el Tribunal integrado por los jueces Julio Granada, Dina Marchuk y Óscar Rodríguez Masi.
Confesó el crimen, se mostró arrepentido y pidió perdón a la familia de Katia. Dijo, además, que no tenía la intención de matarla.
Para el Tribunal quedó probado el hecho y otorgó los años de pena que pidió tanto la fiscala Laura Romero como la querella, el abogado Guillermo Ferreiro, que era de 30 años, que es la máxima pena por un hecho de feminicidio.
En cuanto a las medidas de seguridad, la Fiscalía había pedido cinco años más, pero los jueces no hicieron lugar a esta solicitud.
Para el Tribunal, se demostró la saña en el crimen que acabó con la vida de Katia.
Katia Brítez ya había denunciado meses antes de morir a Osvaldo Zaracho, luego de terminar la relación con él, en febrero del 2023. La denuncia decía concretamente que él intentó estrangularle. Sin embargo, la causa corrió sin que se investigue como debería. A raíz de esto, se reclamó que el “sistema selectivo” favoreció a la ex pareja, ya que el padre de Osvaldo –Daniel Zaracho– fue vinculado como directivo del Centro Educativo de Itauguá, por lo que denunciaron que pudo haber incidido en la causa.