En el distrito de Fuerte Olimpo se registró un incendio a la vera de la ruta; lo que supone un peligro latente para la población.
Se desconoce el origen de los incendios forestales. No obstante, los vecinos siempre culpan a inescrupulosos que ocasionan daños a la naturaleza y ponen en peligro los bienes y pertenencias de la gente.
En el Chaco, los incendios forestales suele ser incontenible debido a la falta de herramientas para combatir el fuego. La mayoría de los distritos no cuentan ni siquiera con camiones cisternas para acarreo de agua. Lo que se tiene apenas alcanza para abastecer de líquido vital a los habitantes de Olimpo y que, hoy, es la forma de fuente de agua para consumo.
Con la elevada temperatura se tornó más crítico el panorama por la sequía: Los tajamares están secos y las que quemazones acechan en el horizonte cercano, poniendo en riesgo la integridad de los vecinos, la producción ganadera, así como la flora y fauna de la zona.
La ausencia de la anhelada lluvia abona el terreno para que se produzcan los desastres naturales –sean ocasionados o no– y vuelve más acuciante la escasez de agua potable.
La sequía y consecuente falta del vital líquido golpea don dureza a varias comunidades indígenas y no indígenas, a lo largo y ancho de la agreste región Occidental.
Mientras en el Alto Chaco asedian las quemazones, en el Bajo Chaco, los nativos bloquean la ruta principal en reclamo de agua para tomar.
En tanto que en la zona del Pilcomayo –Chaco Central– las vacas sorben, de un charco, el último espejo de agua. AM