“El acuerdo del mar Negro ha terminado de facto hoy (por ayer)”, dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, refiriéndose al pacto sellado en julio de 2022 con la mediación de Turquía y Naciones Unidas.
“Tan pronto como la parte [del acuerdo] relativa a Rusia esté satisfecha, el país volverá inmediatamente al acuerdo sobre los cereales”, añadió.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, declaró que su país está dispuesto a mantener las exportaciones de grano.
Moscú lleva meses quejándose de que no se respetan los intereses rusos del pacto, que incluye levantar los obstáculos para exportar productos agrícolas y fertilizantes.
El acuerdo alivió los temores a una crisis alimentaria mundial y permitió exportar más de 32 millones de toneladas de grano ucraniano.
La decisión rusa de no prolongarlo se conoció unas horas después de que drones navales ucranianos atacaran el puente que une Rusia con la península anexada de Crimea, clave para abastecer a los soldados rusos en Ucrania.
Un matrimonio murió en el ataque y su hija resultó herida, según las autoridades rusas.
El puente de Kerch ya había sufrido daños en octubre de 2022, en un atentado que Moscú atribuyó a Ucrania. Kiev había negado estar detrás del ataque.
El presidente ruso Vladimir Putin pidió este lunes reforzar las medidas de seguridad en el puente y prometió que su país iba a responder al ataque.
La decisión rusa de no renovar el acuerdo de granos provocó una oleada de reacciones internacionales.
Es un “acto de crueldad”, dijo Linda Thomas-Greenfield, la embajadora de EEUU ante la ONU, acusando a Moscú de mantener a la “humanidad como rehén”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió a su vez que millones de personas iban a “pagar el precio” de esta decisión, que según él “afectará a las personas más pobres en todo el mundo”. Alemania y Reino Unido también criticaron a Moscú.