Técnicos del área energética señalaron ayer que Paraguay debería reiniciar las negociaciones con Brasil por el Anexo C del Tratado de Itaipú lo antes posible, reiterando que la dilación es favorable al gigante sudamericano. Las reuniones quedaron suspendidas porque Brasil hackeó a autoridades paraguayas en medio de la revisión y Paraguay respondió interrumpiendo el diálogo al respecto hasta que el país vecino aclare el espionaje ocurrido entre junio de 2022 y marzo de 2023.
Ocurre que mientras más pasa el tiempo, menos el país puede aprovechar los excedentes de energía eléctrica que todavía tiene en la central hidroeléctrica.
Por un lado, el experto en energía, Victorio Oxilia Dávalos, señaló que a Paraguay le conviene “volver lo antes posible a la mesa de negociaciones”, por lo que la dilación es perjudicial para el país.
“Hemos firmado un acuerdo en el año 2024, con algunas directivas. Por lo que se observa, Brasil sigue la línea de lo acordado, de manera general. Sin embargo, ese acuerdo del año 2024 era bastante general. Habría que negociar y definir, por ejemplo, cuáles serían valores razonables de remuneración al Estado (royalties y compensaciones, si fuese el caso), a la empresa ANDE/ENBar (utilidades y resarcimientos), cómo y cuánto se destinaría la energía paraguaya al ambiente de contratación libre del mercado eléctrico brasileño, entre otros temas”, señaló Oxilia Dávalos.
A su turno, el ingeniero Pedro Ferreira, ex presidente de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), consideró que, a su criterio, “la suspensión por decisión del Paraguay nos perjudica pues Brasil se considera liberado del cumplimiento imperativo previsto en el Anexo C”.
“Mientras dure el impasse corren los meses y dentro de año y medio la tarifa todavía estará definida por el actual Anexo C, con el agravante que debido al compromiso del 2024 de este gobierno la tarifa caerá al valor mínimo que es lo que quería Brasil”, manifestó el profesional.
Inviable. Ferreira añadió que después de la vigencia de esa tarifa mínima en los primeros meses del 2027 “será inviable políticamente en Brasil un incremento de beneficios para Paraguay”.
También el ingeniero Fabián Cáceres, ex gerente técnico de la ANDE, había señalado que el statu quo es beneficioso para Brasil, no para Paraguay. “El espíritu de la revisión, desde la óptica paraguaya, siempre fue buscar mayores beneficios para nuestro país. Entonces, eso solamente en una negociación (se consigue)”, subrayó.
Además, Cáceres recordó que siempre hubo esperanza en la revisión del Anexo C, para considerar también el tratado e incorporar otras figuras, como la libre venta de la energía paraguaya en el mercado brasileño. “A nosotros nos interesaría también entrar en el mercado de oportunidad, en ese mercado donde podés ingresar, en ese mercado de corto plazo, donde el precio es mucho más alto, y podés sacar mayores beneficios”, indicó Cáceres.
Los puntos que Paraguay busca poner en la mesa
El ministro de Industria, Javier Giménez, quien también es consejero de Itaipú, señaló que Paraguay quiere aprovechar la revisión del Anexo C, que finalmente es modificar el tratado, para negociar otras cuestiones, como las que tienen que ver con el uso de aguas, “con la esclusa que está en el tratado y nunca se llevó a la práctica, y que garantiza la libre navegación”, con la definición de inversiones, que para el Paraguay, que tiene que apuntalar las nuevas fuentes de generación. “Me refiero específicamente a grandes obras sobre el embalse, que tienen que ver con paneles solares conectados a la hidroeléctrica, que van a transformar a la hidroeléctrica en la mayor batería del mundo”, explicó Giménez.