Escoltado por el vicepresidente Hugo Velázquez, el presidente Mario Abdo Benítez hizo una demostración de fuerzas movilizando a funcionarios, seccionaleros y simpatizantes de Colorado Añetete para hacer frente a la amenaza de juicio político que sigue latente en el Congreso.
Saliendo al paso de las críticas vertidas contra la marea colorada, Abdo afirmó que desconocen la madurez cívica de una sociedad paraguaya que cada día es más rigurosa protagonista. “Acá nadie viene arreado. Nosotros luchamos contra toda una estructura en su momento”, indicó en el mensaje que dio en la Plaza de la Democracia, donde se hacía la concentración.
En un momento dado de su discurso, el presidente se quebró. Hizo un mea culpa y afirmó que se pudo haber equivocado en el pasado como todo ser humano.
“Pedimos perdón a nuestro pueblo por los errores cometidos. Pero nunca, nunca lo he hecho de mala fe. Nunca lo he hecho defendiendo intereses personales por sobre los intereses de la República de Paraguay”, aseveró el mandatario en medio de vítores de los dirigentes y funcionarios públicos que responden al sector interno.
La amenaza de juicio político está a instancias de Diputados. Tanto Abdo Benítez como el vicepresidente Hugo Velázquez declararon ante la Fiscalía en el marco de la investigación abierta en el caso del pacto secreto con el Brasil para la comercialización de energía de Itaipú.
Dirigiéndose a sus adherentes, Abdo se autodenominó “un patriota que defiende la causa nacional”.
urgió. Denotando el impasse que sigue con el sector del cartismo, Abdo Benítez urgió a la clase política a finiquitar el proceso de juicio político en Diputados.
“No tengo nada que temer. Estoy con la conciencia tranquila. Marito nunca va a ser más importante que Paraguay. Le pido que se trate lo antes posible el juicio político. Estoy dispuesto a enfrentar lo que tengo que enfrentar para que vuelva la paz en la República de Paraguay”, aseveró.
Oposición. El mandatario arremetió contra la oposición que está con el juicio político. Los trató de violentos.
“No podemos seguir así por intereses mezquinos, ilegítimos, de grupos minoritarios, violentos, que no pueden llegar al poder porque no pueden conquistar el corazón del pueblo; que traigan inestabilidad a la República de Paraguay”, significó.
Abdo remarcó que está dispuesto a enfrentar lo que tiene que enfrentar. “Quiero que me juzgue el pueblo, pero lo antes posible”, insistió.
El jefe de Estado habló de la necesidad de perdonar y sanar los corazones. Reconoció que son los 10 días más difíciles de su vida. “Hemos pasado mal. No creo merecer lo que estamos pasando, pero así es la vida. Dios les da las batallas más difíciles a sus mejores soldados”, significó.
Hugo Velázquez no brindó ningún discurso, pero movilizó a gran parte de los dirigentes y seccionaleros.